jueves, 31 de octubre de 2013





POEMICA CALABACERO PODROMERO 2.013

 Esto no es un poema ni poemica, puede que un texto poético, con exceso de verdad y sentimientos. Nace y huele a libertad, a espontánea circunstancia donde  mirarnos de frente, sentirnos cuerpo con mente, amar a idos y presentes, soñar con vernos mañana, o luego o seguro que otras veces, el privilegio de dar cuenta , de vivir sabiendo lo que somos y de donde venimos, eso sí, para llegar lejos con paradas y encuentro hacia la eternidad.

 Otoño de fenecidos y retoños,
tiempo de recogimiento y expresión de melancolía.

El sentir podromero emerge y une distancias,
La calabaza, esa señora cuando  toca, emana y dispara imaginación enarbolando
banderas de creatividad y éxtasis con causas.

Los amigos podromeros se alían con la originalidad,
hacen renacer a Zipi y a su inseparable Zape ( aquí presentes ), con sus inimitables y admirados Epi y Blas.

Las calabazas vampiros, el murciélago calabazón enlutado, las brujitas verdes, la de regulares, la del Tercio, desfilando, ¡ qué emociones!

Otoño que da pasos a momentos de reencuentro donde  el Jalobien podromerista  irradia abrazos por  ilusiones compartidas, haciendo que las calabazas en escena y escenarios, neutralicen por instantes, seres queridos en Noche próxima de difuntos, penas, recuerdos que se hacen presentes, pasados que toman forma liberando sentimientos y  pasiones, reforzando la amistad, el valor que nos encadena, que nos llena  y enternece por compartir lo que venga y que sea tanto como mucho, con salud y en ansiada para otros, EQUIDAD, con la paz como condimento y una pizquita de sal, sal marina añorante de los bloques, podromero o podromense, tanto da.

Y que esto sirva amigos, para que crezca la peña, que nuestra Historia es la nuestra, que nos sentimos amigos, familia que se proyecta con identidad que nos marca, podromenses de pura esencia con auténtica valía, con cabeza y de derecho, con ejemplo y con orgullo nada altivo, sencillez.

  A los calabaceros con alma, a los sueños que nos despiertan en realidades, a los presentes, a los próximos distantes que nos siguen, a los  idos tan queridos, a los pequeñines y medianos, a aquellos que saben sentir el valor inestimable del compartir presente y próximas paradas hacia el destino, otro nuevo encuentro.







PEDRO GALLARDO, CIUDADANO


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