martes, 8 de octubre de 2013





OLVIDAR, UNOS MÁS QUE OTROS
“ Hipocresía”

Qué capacidad tiene el ser humano para olvidar cuando no le toca de  pleno. El terrible impacto humano se  desvanece hasta nueva cita. Lampedusa, sus fondos marinos siguen llorando a los muertos, a los desheredados, a esos peligrosos ilegales que aspiraban a intentar vivir. Tantos como 232 tienen el honor de haber muerto como italianos, ahora si, cuando les llegó la despedida. Han sido, son,, protagonistas de una película cruel, inesperada, sin llegar la mayoría a “terraferma”, encontrando su retiro, su gesta con final más que anunciado.

El  Vicepresidente italiano Alfano les propone para el próximo Premio Nobel de la Paz reconociendo la tragedia se podría haber evitado. La UE plantea discutir y que no falten los discursos, la palabrería y el problema para los costeros periféricos mientras la sangría continúa para desvergüenza de quienes no asumen el tema de control y tratamiento humanitario.

Los inmigrantes están en el punto de mira del fascismo nada encubierto. Se recrudecen los atropellos y culpabilidades sobre quienes no hace tanto nos salvaban  las castañas y engordaban la Caja común, hoy expolio de equilibrios presupuestarios que discriminan   a los más indefensos.

 Por eso he aparcado embeberme todo lo que pueda sobre el “ Bosón de Higgs ”, pues mi física está en lo próximo y vital, en los que sufren y en quienes lo provocan, sin callarme ni chantarme por pura rebeldía para otros, divertimento y mirar cuando nos joden hacia otras direcciones, evadiendo y dando largas, lágrimas de cocodrilo.

¿ Y en Melilla, seguir la senda permanente del lamento ? ¿ cuántas noches de barkanicópter más ? ¿ qué acciones con cara y ojos ante el presente y la fuerza de la llamada? Respuestas, respuestas pues las hay implicando a todo bicho institucional viviente pues hay foto para todos en el amplio y triste panorama.

Y es que la frase de  Thomas Jefferson a ellos les llega  siendo excesivamente tiernos,” son ellos y sus hijos los que despertarán, andan despiertos, sin casa ni techo”, las estrellas en la libertad de la inmensidad que les hace soñar, morir, llegar.





 PEDRO GALLARDO, CIUDADANO

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