viernes, 2 de marzo de 2012


La vida, pensar, reflexión, verdad o engaño
¡Qué importa más, los años vividos o la vida de los años, se preguntaba Lincoln cuando mentalmente abolió la esclavitud con cadenas que se perpetúan saltando los siglos!

Y nos queda esperar el mañana sin que no suponga rémora alguna, positivista Lucio Anneo, mi cordobés romanizado, siéndolo la pérdida del día cotidiano por mucho que tus contubernios en bañera te sangraran evadiendo tu acertada realidad que no profecía.

¡Cómo, cómo voy a dejar de pensar en lo vivido y por vivir desde el instante del presente!, ¡cómo voy a resolver vivirla como ave pasajera si otros no la sienten como vida y les es la muerte,  liberación, partida y privilegiada despedida de tanto e incierto fin de un tempo que abraza maldades consentidas!

¿ Es la vida un problema o son los problemas de la vida los que te hacen  plantear a veces, el para qué y porqué de tus sinrazones ? Y Kierkegaard de recuerdos de filosofía de Instituto me reclama y llama a experimentar en realidades para que lo sean o un problema más no resuelto como tantos. Menos mal que Rabi, Tagore para los demás, le llama a su constante sorpresa por saber y ser consciente de mi, nuestra existencia que no vivir.

 Y es que el entrometido Séneca no para de llamar a hacerse ver y sentir ,trascendiendo  de su lenta agonía, publicitando su verdad ... y reclamando su versión de los tiempos de la vida, vida en pasado, en presente y en futuro anunciado y deseado, situándome en el  brevísimo 
presente, y el ayer cierto buscando el futuro hoy dudoso y  que destierre el “ puede que o el quizás en otro día ”.

Noto, observo desde otra dimensión que te cambia la cara, que tus gestos no incontrolados, no siendo tú, mi amigo responsable de ellos, la cara, las caras de la vida, las expresiones del alma. En verdad  no lamento no añoro o deseo como Don Gabriel, G. Márquez que no Marqués, volver en el
tiempo atrás, aunque haya perdido mucho  en dormir soñando menos, pues lo hago despierto. Ese día no llegará la sangre al río ,de la Plata  o de Oro sin techar, apuntándome a aprovechar las luces atrapadas en nuevos días deseados a partir del no se cuándo, estando en el camino, estando.

Consciente o inconsciente de que persigo utopías, no te digo que no, pues cierto es que se aleja de nosotros cuando nos aproximaos a sentirla, palparla y acariciarla. ¿ Sirve para algo esta conciencia o inconsciencia? Y por respuesta, seguir buscando pájaros sin alas que vuelen, libertad que no necesite de ello, justicia e igualdad sin banderas, universalidad por auténticamente humanos.
 No se, no se si la reflexión es el ojo o los ojos del alma que no siento pues veo tanto que unos consienten y proclaman, y a dioses alejados, no lo entiendo por materialista y agnóstico en mi pobre condición, limitado y hasta simplón de simplerías. Claro, igual crees que eres más feliz por no planteártelas pues pensar es moverse en el límite no finito, compleja cuestión para otro día y mi acuerdo porqué no.

Hay quien se ufana en  buscarla verdad preguntándome cuál de ellas para abrazarla, pero doy las gracias a Margeli Fuguet, quien  me engañó al convencerme por espacios de juventud del invento del engaño. ¿ Acaso no vivimos o existimos engañados?.

Y es que yo a veces me dejo porque me interesa engañar al adversario graciable, sobre todo cuando me encuentro con innobles y presumidos que no conocieron la humildad en saber reconocer sus límites, aparentando lo que no son. Ya se, ya se que no eres tú, o ¿ acaso si?...

¿ Somos en verdad reales o engaños a desdecirnos con el ejemplo ?: De momento no encuentro a repuesta por más que Dolina, Don Alejandro me
llame a más reflexión y pensamiento, y mi perdón  pues esto se alarga y me llama mi cómplice almohada de Viernes naciente, para ella un gusto, y el gusto es mío. Mi salud y deseos de que mejoren las circunstancias, sobre todo para los que en verdad lo necesitan. A otros, con mis diferencias, ¡ caña !



Pedro Gallardo

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