jueves, 22 de marzo de 2012


Corrupción, más o menos según,¿ según quien la juzgue ?

 Quiero pensar que la corrupción no debiera tener fronteras ni colores, que debiera ser perseguida con celeridad y ejemplar tratamiento, que ya está bien de tanto vividor y aprovechado de sus amistades, intereses y oscura conciencia si la hubiese.

Recuerdo, recuerdo y siento a mi admirada Joan Baez, llamándonos en años de entrada en madurez a pelear por acabar con ella, a denunciar la podredumbre, al peligro de al no hacerlo formar parte y arte en ella, por acción u omisión.  Es una realidad deplorable y no son sensaciones que la sociedad se va formateando conformista, laxa, aceptando por impotencia que esto no hay quien lo remedie, campeando el “todos son los mismo”, injusto y anulador de gente de bien que está en la política para servir y por valores.

Hay ,muchos vasos sucios derramando corrupción a espaldas del pueblo y con la connivencia  de quienes desde responsabilidades políticas, sociales, económicas  sangran lo que es de todos, situándose en paraísos de terquedad , evadiendo, robando, malversando ante una estructura de poderes que renquea y hace la vista blanda, justificando el no se que...

Bernanos también nos lo recuerda, cuando  considera injustificable que “ el fin justifique los medios” para conseguir lo que no es de recibo. Campea el nepotismo, la chulería, el a inflarse que son tres días o ni eso, pues con una buena fianza, una acertada  e influyente defensa y cobertura del clan, esto es coser y cantar, y recoger los frutos. La congregación de solitarios en potencia, los clamores del bar como bien llamase Gil e Biedma, expresan  desazón, cabreo y exigen lo que no llega y se repite en los medios, casi a diario. Y es que Herbert, bien cierto es que la corrupción es carnavalesca, presentando infinitos disfraces, metamorfoseándose, reproduciéndose en larga lista de aspirantes y ejecutores de cuello blanco, adalides del cinismo e hipocresía que les retroalimenta y da alas en este cielo donde tan poco se estrellan.

 Hay muchos Matas en este patio patrio, muchos mataillos de salón, muchos trajes por ofertar e influencias que pagar.  La sociedad que conformamos porta inherente esa mala semilla y padece sus indignos frutos, está instalada y mal tratada por quien tienen la obligación de cortarla.

 A la clase política que no casta le corresponde, al poder judicial actuando como le corresponde liberado de presiones y controles de siglas, a nosotros exigirlo y penar en las urnas a quien se queda en las palabras y promesas, pues el enquistamiento apesta.

Y es que no puedo decir que estoy en desacuerdo conmigo mismo, querido Groucho, aunque nunca olvido ciertas caras, caras de falsos y pervertidos, correas, bigotes y aduquesados que procrean; es que  se me resiste el lenguaje ordinario para expresar lo extraordinario reconociendo no me conoce Shopenhauer, pues que más quisiera uno en este noble arte de transmitir tus inquietudes en contraste o compartir.

Ahora en tiempos de campaña, se les llenan  la boca de promesas y acciones que luego no cumplirán y lo malo del sistema es que al cabo de cuatro años, aquí no pasa nada, no hay responsabilidades  que pagar. Por eso  el ver para creer como estamos viendo, padeciendo y el entonar el mea culpa digo yo, pues algo de ella tendremos por tropiezos o aventuras de tortuoso camino. Que cada cual agarre su vela, yo ya me encargo de tener la mía bien iluminada, con humildad que satisface expresando mi verdad para entorpecer el triunfo fácil  de tanta mentira y engaño permitido
.
 Y es que me gustan y contemplo los árboles vestidos de silencio, es que este no es mi momento de silencio, putos vividores, ¡ si yo tuviera poder y os  juzgara ¡. Mi sed buenos para otros que me consta lo son y mi abrazo.



Pedro Gallardo, Ciudadano

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