martes, 17 de diciembre de 2013




RETAZOS ROJOSY NEGROS EN UN FONDO AZUL

“ Y  a mis pies el embriagador verde de la pisoteada esperanza, buscando darle color a la dignidad”

 Esta tarde noche me he dicho; esto me lo escribo para mí y hecho sin necesidad de bendecir, terrenal y compañero de mis sueños. Ahora me dimensiono en lo celta y en sus divinidades gozando del encuentro con músicas de cerca y de siempre, aparcadas más nunca en el olvido.

Recuerdo la primera vez que me hablaron de Dios y la rehostia por preguntar a mis cinco años por su nombre. Cuando me  versaban sobre su justicia y bondad, creo despertó en mí su alejamiento por llamarle y para otros sin asistencia ni existencia. Materialicé mis sentimientos puede que demasiado niño adolescente, entre otras por lo que clamaba y sin entenderlo, adolecían los amigos y conocidos que tanto rezaban y poco conseguían. Claro, en todas partes pero en ninguna, en ninguna pero en todas por razón de fe, la fe que no movía ni conmovía mis entrañas y montañas a alcanzar.

Y no creas Chesterton, no compartir la deidad me apuntase a creer en cualquier cosa, pues la oficialidad marcaba, la escuela y el régimen, enriqueciendo mi mundo interior de viajes imaginados, incluso uno al cielo de los justos, no llegando por el freno de una racionalidad que me hacia enarbolar la señera de la incredulidad meditada, en mi contexto y estrecheces
.
Que el poder corrompe y aleja, sesga proyectos y anula o dociliza voluntades, lo experimenté desde bien chico.  Comencé a aborrecer las jerarquías impuestas, las normas por cojones,  la teórica libertad e igualdad condicionada por otros avatares y foros sociales y fueros forzados que me sonaban a mentirijilla y a superar. Crecía, avanzaba, hacía camino, leía a Machado y a Lorca escondido en la trastienda, me iba enrojeciendo y...me molaba.

No he dejado de soñar y lo sigo haciendo prometiéndome despertar  a los que no nos dejan dormir y mal soñar, sueños al fin y al cabo. Hace décadas que comprendí que el Sistema iba contra nosotros, contra el pueblo ahogando sus metas y llegadas.  He aborrecido  los que adoran al becerro de oro de Don Dinero, a los que acumulan capitales y  plusvalías indecentes sobre sudores y opresión, arrancándoles derechos con sangre y presión, bienestar conquistado, hoy  arrebatado.

Me alineé con las izquierdas alejándome de lo plano y descomprometido con ideales y valores emergentes. Dudas, claro, ¿ y quién no ? pero sabiendo con lúcida mirada quienes estaban en el otros frentes, de opacidad y privilegios, de ataduras felizmente desatadas, mis referentes que marcan. Juré  combatir las nuevas esclavitudes, la economía que nos manda viéndonos solo como producto y energía.

Pacifista, no violento pero sin poner la otra mejilla. Dialogante, tolerante, no imponiendo y argumentando, aparcando diferencias sin renunciar a la utopía de un mundo emancipado, el vitalizante y sugestivo techo a alcanzar, abrazando las estrellas que confiaban y se nos aproximaban. Otro sueño, y que  llegue no habiendo nada escrito, dueños de nuestro destino y dimensión.

Esta democracia no me gusta, languidece y requiere de compromiso, razones que nos avalan aminorando y acortando sus temporales victorias, vislumbrando la fecha de caducidad, siendo solo cuestión de blanquear negritud y grises, pisando el verde, luchando por la dignidad y sus colores.
¡ Qué es la vida o el superar dificultades sino buscas los colores de ilusión y de esperanza ! Y arriba , la cúpula azul  e inmensurable...







PEDRO GALLARDO, CIUDADANO


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