¡Qué importa más, los años vividos o
la vida de los años, se preguntaba Lincoln cuando mentalmente abolió la
esclavitud con cadenas que se perpetúan saltando los siglos!
Y nos queda esperar el mañana sin que
no suponga rémora alguna, positivista Lucio Anneo, mi cordobés romanizado,
siéndolo la pérdida del día cotidiano por mucho que tus contubernios en bañera
te sangraran evadiendo tu acertada realidad que no profecía.
¡Cómo, cómo voy a dejar de pensar en
lo vivido y por vivir desde el instante del presente!, ¡cómo voy a resolver
vivirla como ave pasajera si otros no la sienten como vida y les es la
muerte, liberación, partida y privilegiada
despedida de tanto e incierto fin de un tempo que abraza maldades consentidas!
¿ Es la vida un problema o son los
problemas de la vida los que te hacen
plantear a veces, el para qué y porqué de tus sinrazones ? Y Kierkegaard
de recuerdos de filosofía de Instituto me reclama y llama a experimentar en
realidades para que lo sean o un problema más no resuelto como tantos. Menos
mal que Rabi, Tagore para los demás, le llama a su constante sorpresa por saber
y ser consciente de mi, nuestra existencia que no vivir.
Y es que el entrometido Séneca no para de
llamar a hacerse ver y sentir ,trascendiendo
de su lenta agonía, publicitando su verdad ... y reclamando su versión
de los tiempos de la vida, vida en pasado, en presente y en futuro anunciado y
deseado, situándome en el brevísimo
presente, y el ayer cierto buscando
el futuro hoy dudoso y que destierre el
“ puede que o el quizás en otro día ”.
Noto, observo desde otra dimensión
que te cambia la cara, que tus gestos no incontrolados, no siendo tú, mi amigo
responsable de ellos, la cara, las caras de la vida, las expresiones del alma.
En verdad no lamento no añoro o deseo
como Don Gabriel, G. Márquez que no Marqués, volver en el
tiempo atrás, aunque haya perdido
mucho en dormir soñando menos, pues lo
hago despierto. Ese día no llegará la sangre al río ,de la Plata o de Oro sin techar, apuntándome a aprovechar
las luces atrapadas en nuevos días deseados a partir del no se cuándo, estando
en el camino, estando.
Consciente o inconsciente de que
persigo utopías, no te digo que no, pues cierto es que se aleja de nosotros
cuando nos aproximaos a sentirla, palparla y acariciarla. ¿ Sirve para algo
esta conciencia o inconsciencia? Y por respuesta, seguir buscando pájaros sin
alas que vuelen, libertad que no necesite de ello, justicia e igualdad sin
banderas, universalidad por auténticamente humanos.
No se, no se si la reflexión es el ojo o los
ojos del alma que no siento pues veo tanto que unos consienten y proclaman, y a
dioses alejados, no lo entiendo por materialista y agnóstico en mi pobre
condición, limitado y hasta simplón de simplerías. Claro, igual crees que eres
más feliz por no planteártelas pues pensar es moverse en el límite no finito,
compleja cuestión para otro día y mi acuerdo porqué no.
Hay quien se ufana en buscarla verdad preguntándome cuál de ellas
para abrazarla, pero doy las gracias a Margeli Fuguet, quien me engañó al convencerme por espacios de
juventud del invento del engaño. ¿ Acaso no vivimos o existimos engañados?.
Y es que yo a veces me dejo porque me
interesa engañar al adversario graciable, sobre todo cuando me encuentro con
innobles y presumidos que no conocieron la humildad en saber reconocer sus
límites, aparentando lo que no son. Ya se, ya se que no eres tú, o ¿ acaso
si?...
¿ Somos en verdad reales o engaños a
desdecirnos con el ejemplo ?: De momento no encuentro a repuesta por más que
Dolina, Don Alejandro me
llame a más reflexión y pensamiento,
y mi perdón pues esto se alarga y me
llama mi cómplice almohada de Viernes naciente, para ella un gusto, y el gusto
es mío. Mi salud y deseos de que mejoren las circunstancias, sobre todo para
los que en verdad lo necesitan. A otros, con mis diferencias, ¡ caña !
Pedro Gallardo
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