Son momentos que
por suerte pasan y el volver a empezar
Anda, anda uno de tribulaciones recién llegado del suplicio.¡
Qué duro , ostis, qué duro se va haciendo esto !, son esponjas y me absorben la
poca energía positiva que me queda, dejándome en carga negativa, mosqueado,
subido de tensión, con el azúcar en alza, tenso, enervado, sintiéndome maltratado y eso duele, pues el grupo que no
algunos individuos, me anulan y me llevan a la impotencia y a la dejadez
involuntaria para seguir aspirando a formar mentes, pueblo, gente.
Y Einstein dicen fue un fracasado en dimensiones escolares y
yo que me muevo en ellas como pez en el agua, a veces ahogándome vecinos, a
veces pidiendo sorroco, perdón socorro, siendo corto el trasiego del enfado,
pues uno vuelve a levantarse, mandando la vocación, la pasión de querer
entender y cambiar hábitos y actitudes que por complejas me dislocan y me
llevan a no saber a veces que hacer, por perdido y recurrente a la luz que se
me escapa, pero siempre vuelve, agradecido, vuelve y me ilumina...
Renuncio, renuncio al arquetipo o estereotipo en dos canales
de equilibrado. Mi sentimiento temporal de fracasado cuando lo supero en tiempo
y forma me hace sentirme más fuerte, y recuerdo eso y lo expreso como sintió Antoine, no sabiendo si
antes, durante y o después del maravilloso ” Principito ”. Y cuando veo que una parte, por no decir un vulgar
cacho de trozo de mí cae, pienso que el resto de lo que queda, amado Séneca, se
acerca o padece la misma inseguridad, convenciéndome de que he de seguir, hemos
de seguir los genios, con dos cojones
porque no hay más, luchando contra la adversidad y mediocridad que es coetánea
con nuestra amarguras, alegrías y venturas por llegar.
Noto, siento a veces mi corazón tocado por tenerlo y ser cómplice de sus
ritmos, arritmias, sentimientos y
locuras. Sé que está dentro para romperse y que Wilde me lo exprese,
siendo moi quien lo padece , siente, enzalza o enaltece que es casi lo mismo. Sigo con mis esfuerzos, obligaciones para
otros distantes que no se enteran de la copla pero que juegan a decir la suya
sin saber el qué. Quiero, quiero , deseo que me midan por lo habitual en mí,
por la expresión cotidiana, no pareciendo
diferente en situaciones de llamada excepcionalidad, pues pierde su
valor, por preparar lo no asumido, respuesta al miedo o compromiso del que
dirán, que me ofende, justifica o mide en la medida de lo que me consta valgo, y sin abuelas
picha, convencido.
El momento escolar es duro, te hace conjeturar, valorar, ver
que lo proyectado no llega, no es factible, no se dan las condiciones, y esto
no es de libro, no aspira a formar parte de estadísticas frías, a juicios sin
pisar la realidad de los que día a día, vemos frustradas ambiciones de triunfo
y satisfacer nuestra causas del porqué estamos en este mundo. Sigo, seguimos
buscando los caminos que salven los obstáculos, sabiendo que sino los
encontramos que no es el caso, no llegaremos a ninguna parte, dedicándole
sonrisas reales y sentidas o forzadas o para salir del paso, a muchos que nos
rodean cercanos o pasajeros, concediendo parte de lo nuestro, sabiendo que
hacemos práctica de ese lenguaje universal , sideral o sin límites que necesita
de la complejidad sin pedir nada o dar a cambio.
A veces dudo de mi sentido , de tu sentido, de vuestro
sentido común, preguntándole a Voltaire, quien no me contesta, eso si pasando
él a la historia de las frases y yo con un acongojo de medido olvido por no ser
quien lo expresa y no quiere olvidar, esperando la respuesta.
Me reconforta no ir en búsqueda del éxito reconocido por los
demás, pues con mi yo y amiga conciencia, pactado está el éxito, sin pedantería
que tribule mi no afrenta ni osadía , simple expresión de uno que se quiere, y
quien lo va a impedir , distancias y anulada ansia de porfía. Por eso, lo que ocurre, lo que cuatro paredes
guardan , lo que sienten veintiséis almas con o sin ella, forma parte de
nuestra historia, conflictos y soluciones que compensan cabreos y
satisfacciones.
Es así la vida, es ese su devenir siendo mi función digerirlo,
necesitando para ello, a veces, expresarlo, tiempo, siendo consciente de que
nadie lo entiende como yo que peca de subjetivo. ¿ Y quién no que padece sus
ofuscaciones y proximidades, sus sonrisas por dar o recibir?, cuestión de ir
viviendo, sentires de mis adentros.
Sin deseos de cansar,
mi salud y el sed buenos, que mañana, Gallardo , contrapunto, dios dirá.
Pedro Gallardo,
Ciudadano
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