Sí, sí el del bicentenario de la Pepa, ora en Ceuta de última
de marras o en mi Cai de la isla...”
Siete de la mañana,
sol naciente, luces reflectantes en cristales
agradecidos, goticas resbalosas viendo cercana la Primavera, resistentes
a evadirse de su protagonismo, ellas, espléndidas, sugerentes del día que
nacía, de las solicitudes de caminar y hacer pequeña historia, próxima, vital,
edificante, maravilloso día.
Grandes mecenas, entrañables amigos me convocan a la proeza
de hacer una ruta turística de corto alcance territorial, Atalayón, pasado
BeniEnzar, Nador, Segangan con –n o con ane y extraña Z inicial ,Gurugú a las
espaldas, nada traicioneros, altivos, emergentes, con mi búsqueda del Faxuda
volcánico o de similares encuentros por pisar, en otra, prometido y a cumplir,
por mis ancestros, nunca muertos en mí, en mi memoria.
Mientras mi Cai se me afrancesa y se me ilustra, con mi
denosta absolutista, mientras los reyes cumplen su requisito, su pendiente
plebiscito de no confirmación, uno en
trasera de mercedaco afronta el paso de frontera y el buen día y pa lante,
primera parada en la lonja de BeniEnzar. Es Lunes pero las riquezas del mar
afloran, se subastan al mejor postor que somos en potencia todos, pero al
final, modositos, un ranchillo y no está mal, con su variada promesa de
contentar a nuestro gusto propio y a las mujeres, compañeras puede que
dormidas y a la espera, impacientes en el cuando volverán.
Atalayón majestuoso ,
símil de tómbolo peñiscolero y africano, salinas en mi recuerdo y el donde
andarán, abandonadas a la velocidad controlada de controles que esperan el
posible rasca rasca o el sigue adelante paisa que más adelante caerás, y
nuestra risa, nuestra complicidad del
ocurrir cuando menos te lo esperes. Nador en la entrada, pasada de largo y
periférico, Segangan a la vista, centro de la cité, aparcamiento, churrillos
que se nos resisten, puerta de taller de motos invadida por cerrada, luego
disculpas o no, en función de hora, disculpas al que dirán.
Una paseada por zoco,
verduras ,alcachofas insultantes por preciosas, chícharos amontañados, habas irresistibles, frutas del más variar,
pollitos que cacarean, conejos sin
protestar... un mundo cercano, recordado que emerge y nos invade, que nos
aproxima a vivir lo olvidado o aparcado, por cien mil prioridades que a la cola pasan en este
momento de luces y amplia dicha, mi gente, mis congéneres, la vida, el camino,
el té y la satisfacción que incumple el tratamiento de barrigas amplias y
orondas, qué placer por mis idos, qué encuentro inesperado, solicito de nuevos
encuentros y estañeadas sensaciones que den cuerpo.
Visita al cuartel de Regulares de Segangan, recuerdos a
Marqués, a Don Pepe, mi, nos , nuestro, mecenas motivador sin tiempo de visitar
Beni Sidel que lo será en otra. Recuerdos del 72, olores a caballerizas, a
acémilas, visión del mundo recogido de nuestros
regulares, de sus vidas y razones,
de lo que se fue y queda por recordado y añorado, tantos que fueron y serán en
mi memoria de este mundo. Vuelta al
rigor del te y la masa magistral de esos palillos que se mueven al son del
círculo concéntrico y que satisface a dioses y mortales, hoy sin huevo incluido
pues el de ayer de Beni Enzar satisfizo monjes, eremitas y turistas ávidos del sucar ( mojeteo en
melijerg, amado y en práctica a guardar y que dure).
De regreso, promesa de
volver, pues nos faltan los morabos y los Sidis y sus espíritus de convivencia
y santidad. Satisfechos, sentidos con haber experimentado y vivido momentos
inolvidables, encuentros que nos hacen sentir
nada DIFERENTES, más humanos,
más próximos, respetando proyectos de gente buena que lucha y ansia ir
realizando su trayecto , abrazos sin programa ni guión, espontáneos, lenguas
que no separan, signos y mímica que nos hacen cómplices de esta vida, a golpe
de sentimientos de unidad, entendimiento, respeto a l papel de cada uno.
Nos gustaría ser
bicentenario, milenarios de los encuentros que unen, quedando claro que
nosotros pondremos para ello de nuestra parte, conscientes de que no hay otra
parte, solo estar donde nos ha tocado, no siendo la geografía ni la cultura o
las costumbres, no siendo óbice para
desencuentros.
Volveremos, aunaremos
voluntades, nos acercaremos pues tanto lo que nos une que no vemos diferencias,
siendo sano el engaño, o no ver por falta de amplitud de miras y sencillez. En
el fondo humanidad para comprender y querer, simplemente querer, no entendiendo
el porqué cuesta tanto. Mi salud y el que seáis buenos, no siendo cura ni
aspirando a ello, eso si, de joven y lo
confieso eremita de los montes, ilusión
de dos días, díscolo con mis padres y novietas
por elegir, juventud divino tesoro, juventud añorada...y el domingo próximo
más, sintiendo ya la impaciencia del pensamiento , a quien hay que hacer
comprender, los ritmos y caricias de tanto deleite de hoy, a continuar.
Pedro Gallardo, Ciudadano
Una excursión que parece una escusa para recorrer tus sentimientos por la tierra de tus amores, bonita descripción de sensaciones por la tierra y sus frutos, recordando como siempre la voluntad de unir humanidades y para finalizar una pícara ensoñación de juventudes pasadas, amigo está muy tierna tu alegría de vivir
ResponderEliminar