jueves, 24 de noviembre de 2011

MELILLA Y AHORA QUÉ


Melilla, ¿ y ahora qué ?
Los resultados electorales pasados nos colocan con el triste honor de ser la ciudad más abstencionista del Estado. Un tanto por ciento importante del electorado no ha ejercido el derecho de votar opciones con siglas o en blanco.
¿ Somos acaso los más asistema ?, ¿ Tan conscientes somos como para cuestionar la legalidad vigente, el marco democrático claramente perfeccionable ?
 El gran vencedor ha sido el PP versus Imbroda, que sube hasta cifras planetarias según el gran Jefe. Los otros, los satélites autónomos de este Sistema localista hacen diferentes lecturas, barriendo para casa.
No voy a restarle méritos a la UPyD y su lento pero seguro ascenso en comparación con otros eventos. No le voy a restar importancia a casi los quinientos votos EQUO, que no son Equo en esta democracia de D´Hont, pues son votos de un valor apreciable por ser personas comprometidas y con una sensibilidad de futuro en temáticas a abordar de manera inaplazable. Son y representan una conciencia que ha de  llegar y asumirse como hábito, cuestión de tempo.
El PSOE local pienso ha aguantado muy bien la situación difícil, el desgaste del Gobierno, incrementando votos en relación a las municipales del pasado Mayo, aunque la comparativa no sea la más acertada por comicios en contextos diferentes, pero ahí están. Tiempo tendrán y no a alargar para definir su proyecto en una nueva realidad nacional, vigilante a los vaivenes  de la UE y de la globalización dirigida por oligarcas y señores del Mercado. Los Congresos por venir son vitales para definir lo que ha de ser una alternativa necesaria para la vigencia del propio marco de juego, pendiente de retoques, donde la representatividad obedezca a leyes más justas.
CPM, la segunda fuerza en lo local, esta vez no ha  entrado en las urnas, decantándose por llamar a la abstención activa porno sentirse identificados con ninguna fuerza de izquierdas, siendo izquierda (¿) o progresista, añado yo. No podemos dudar y ahí los resultados de participación, ha tenido eco, mayoritariamente en las zonas territoriales más deprimidas y de potencial y real voto histórico. Han querido dar un toque de atención y lo han dado, favoreciendo el voto útil bipardidista, donde quienes tienen el poder igual los mecanismos de ofrecer y tejer en provecho propio.
 Personalmente me hubiese convencido más, la opción de orientar al voto en blanco pero  desde mi atalaya ciudadana es una simple expresión y allá ellos con sus concepciones, estrategias y forma de expresar su españolismo melillense, su  ninguneo por los grandes y protesta ante la insensibilidad por priorizar lo que no se lleva al campo de los hechos: “ que  se apueste por reducir tanta miseria, exclusión, desemparo “  y menos florituras verborreicas del momento”.
Esta Ciudad, nuestra Melilla necesita desde la legítima y necesaria pluralidad de identidad construir la  suya, y para ello se hace perentorio el pacto, la cultura  de consensuar mínimos que unan en  un proyecto que asegure “el derecho a algo más que subsistir”. Melilla necesita un trato deferencial que no de privilegios, medidas inmediatas que palien la diversidad de velocidades, stops y retrocesos y, sobre todo, definir su futuro socioeconómico en función de lo que somos y lo que podemos dinamizar. Una Ciudad multicultural y educadora, un puente y enlace de continentes, una ciudad de servicios  y... todo lo que se digne de factible, huyendo de falacias y programas de papel circunstanciales.
Nos jugamos mucho en estos  años venideros y no tengo reparos en situar mi deseo de que los cambios sean realizados por los auténticos protagonistas del presente y de Historia, la ciudadanía implicada, ilusionada y  convencida de que “ no son buenos los poderes absolutos ni el dejarse llevar por  el que lo hagan otros”
Nuestra realidad es ideal, es inmejorable para intentarlo, por territorio y población. Solo falta ser atrevidos y romper con rutinas e interesados agradecimientos.
 Tú me llevas   si yo me dejo, o mejor caminemos juntos.  Estaremos vigilantes y sin complejos aunando esfuerzos para que ese plural sea algo más que un sentido deseo, una necesidad que me motiva a seguir dando  mucho más que la jodida e injusta, dicen otros, tabarra mosquitera.
 Mi salud y deseo de nuevos encuentros no dependiendo solo de mí, pues el producto a ofrecer  a veces es selectivo conociendo de sobras sus efectos, en esta melilla que hasta en eso es “especial”, cuestión a estudio y régimen , y otros tal y tal...

Pedro Gallardo, Ciudadano

1 comentario:

  1. Vaya reflexión meritoria, te has convertido en equilibrista del circo de la democracia perfecta, que maravilla de sociedad, que te permites solicitar un pacto entre diferentes conceptos políticos (o los partidos de Melilla tienen todos la misma ideología)o en esa ciudad no hay izquierda, yo no lo se, eso creo que se desprende de tu artículo.
    Seguramente tienes razón y lo que necesita tu sociedad, es hacer camino, pactando entre todos los partidos, los pasos a realizar.
    Quizás sea lo necesario, yo no lo veo factible, por desgracia lo veo muy utópico.
    Muy buena exposición de lo sucedido en estas elecciones, cómo siempre en tus artículos, los próceres de Melilla sonreirán aliviados al leerlo.

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