sábado, 19 de mayo de 2012



 Tertulia de mañana, sabio, sabio pueblo

Y tú osado detractor, me dices que cambie de disco, que torne a medidas del hoy, que abandone el cuartillo y el celemín de mis ancestros, y no olvides colegui, los tuyos también. Que deje de escribir notitas en las servilletas de los rincones de sosiego, de paz y chisporreo de mi Real. Y me dices, ven y no me muevo, pues el taburete me ata mis posaderas culares, mi comodidades ganadas a peso que no a pulso, en equilibrados devaneos. 

 Me he prometido ir a Córcega, la tierra de Naboleón el de la buona parte, a oler los tomillos  de “I movrini y su alma”, y su córsica y su quejío mediterráneo de la que me ilustró, fa anys la incomparable Bonet, mi María del Mar, de esa Mallorca de calas y Ratjadas por visitar.

En la charla de bar, en el parlamento de los obreros y parados de mar y tierra ,pues no había paracaídas para el aire de nuestro aliento de vuelta e ida, en esa charla magistral, espontánea y sin guión,   hoy la historia ha ido de humor no sometido a los controles de la propiedad de la SGAE.

La inactividad sexual de tantos que se las dan de mete y saca de martillo pilón, ha resultado ser, que es menos, que mucho de palabras, que es peligrosa siempre que no genere cuernos, cuernos de parte y arte, pues a ello tienen derecho los dos, o sin derecho el tercero, la víctima, la que lascivia lleva al tentaero, y claro, ella o él, cayó ante lo bueno, pues la jodienda tiene , tienen ¿ enmienda y contricción ?, mi jjeeeee y el va a ser que no.

Y me decía un albañil , de esos ,de esos que saben más que el ladrillo es  un objeto rectangular de cara y prisma de alcance de graduado, que “a él trabajar lo mató, pero sigue vivo, como a  otros, pero por si acaso, que cabía no arriesgarse”.

 Y pasaba, pasaba por allí, en casi olor de multitudes la bella princesa bereber de cuentos de Alí y no me quedó más  que asentir con la mui y con mis ojuelos engafados, sin saber a ciencia exacta lo que había reafirmado. Y es que eso pasa, es que muchas veces decimos que sí, sin saber que nos preguntan, por estar más pendiente de chulapas que despiertan el alma ,para mi perdida o desahuciada sin quererlo ni mamarlo, ansia de juventudes victoriosas donde mi dominio era perfecto, realizado sueño.

Nos seguía persiguiendo la inteligencia en esta mañana de bar, en el compartir de copas sin necesidad del chin chín. Nos seguía acechando a nos, que demostramos que éramos más rápidos  que el ¡ tómate otra compañero !, para estar al compás de la jugada y el teatro que nos tocaba interpretar, realismo vivido con gusto y disgusto en el pagar, de asunción colectiva, a partes y con arte, con dos huevos por delante.

Abdelasis me comentaba que “ los niños siempre dicen la verdad” y yo asentí dándole sentido a la necesidad de escuelas para que aprendiesen a ver los recovecos de la vida, los contrastes de luces y sombras, la llegada y despedida.

Un intruso se nos coló fumando, nos aseguraba que era consciente de que era fácil dejarlo pues había hecho más de mil veces, cayendo en lo fácil de su reiteración, y nosotros, rebeldes convencidos o fumadores  activos o en retirada, entendimos su momento, tan largo como dos intensas caladas de  dudable sinceridad.

Y nos despedimos recordando a los que no aceptan las Sagradas Escrituras para dar fe, a esos notarios que anotan lo mundano y lo que ata, pues notábamos que la cuenta nota iba embarazando el día de currelo del mañana, de ese Lunes que era principio de Semana, de ese escenario que llenar  de momento en espera.

 Y claro, pasaba por allí, la bella princesa de los cuentos de Alí, esa hermosa bereber que aclamó a estas humanas multitudes de puertas colindantes, donde con respeto la admiramos, yo, confieso más comedido por eso de ser maestrito pero machote como el que más. Ella nos dirigió una mirada dulce, en un segundo y vuelta al frente, sonriente, plena, realizada como mujer en escena, maravillosamente real , serena.

 Y es que los psiquiatras estaban medio aburridos y optamos por contribuir a su causa,  haciéndoles reconocer su locura de amor por lo que profesaban.  Es que la hermana de otro, nos resultaba más atractiva que la propia, sería por sus virtudes... aunque quedó en discusión y profundo debate en otra, el tiempo apremiaba y llamaba a darle otro sentido a este sábado, maravilloso. 

 Mentiras, mentiras más grandes que las de Rodrigo el de Triana al ver a lo lejos a las indias, a las indias que adivinaba pero que no, creedlo, por distancia, veía, siendo verdad arenosa, verdad de mezcolanzas y pasiones, de las que la historia cuenta su oficial semblanza.

 Sed buenos , sabiendo que no puedo perseguiros a todos y a ellas, pues para ello mis hados que están en todas partes, currantes natos, no adscritos a pagos de recorte, de momento.
 Y esto, esto Gallardo es costumbrismo y chabacanería, simplismo y  tonterías, y me digo ¿ y tú que sabes de ti mismo y de tus calladas opiniones que nos hacen más naturales, más próximos, sin tantas fronteras ni serviles que contentar?. A ti mismo,  disfruta, a ti mismo y  a tus circunstancias.

 Pedro Gallardo, Ciudadano





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