sábado, 7 de enero de 2012



Envidias, adulaciones y criptografía luminosa 
 
 “ Menos sombras, claves  a compartir, caminos que se entrecruzan, parada y vuelta a empezar con la experiencia acumulada, una carga llevadera y a agradecer...”
Comenzado el nuevo año, como tantos uno hace su balance y sus propósitos de enmienda y no menealla, o sí si cabe en función de circunstancias que te condicionan.
Uno agradece consejos sabios, atenciones y cuidados ante mediáticos que te solicitan. Uno  es, actúa según su conciencia y brújula nada imperativa, siendo de momento libre, no añorando  y ciñéndose a un posibilismo que hace probables los encuentros.
No se como le iría a De la Rochefoucauld de la época, pero a este  que sigue avanzando líneas, le enerva la falsa adulación y nada la noble y sentida, dependiendo del tono, del momento y de las intenciones no cayendo en los prejuicios ni apriorismos, aceptando retos sin recorrido, asumiendo nuevas pruebas de realización personal.
Puede que sea vanidoso pero intento lo justo; puede que no  me siente empobrecido al recibirla y lo digo a mi duquesa desde mi sentido plebeyato; puede tenga uno y otros que seguir neutralizando ataques de cortedad, sintiendo los elogios nada indefenso, contradiciendo a Freud consultado y enigmático, compartidor de sueños.
No,  me he propuesto nunca atrapar, cercar, desmontar falsas adulaciones ni envidias pues cada uno es dueño de sus sentires y necesidades de encuentro con uno mismo y sus espejos distorsionados, allá cada cual con quien le plazca.
No me he planteado de momento, ser menos oscuro, criptográfico o más directo. Sería reconocer unos cambios que no emanan de mi necesidad de más o menos luz. No necesito expresar escapándome por la gatera, hacer la rosca o practicar de aviesas intenciones, no me es propio y no me

reconozco en el fácil halago ni rosqueo premeditado, pues cada vez ando más convencido de que soy más rápido que la inteligencia que consiento me persiga. Me he propuesto seguir siendo honesto a pesar de los obstáculos y de momento a estas alturas de la vida, no he perdido ni la “h”
 Hoy mañana he disfrutado en el Palace, siendo un previo que esperaba, pues uno sigue confiando no habiendo razones para la antonimia ni contra a  la   opinión creada por los hechos, a una amistad deseo a fortalecer.
No siento envidia insana, sí deseos de superarme, no aplicándome el proverbio árabe por no tratar la dualidad de superiores e inferiores. No la he visto ni sentido flaca o gruesa o amarilla pues no la dejado morder, mi Quevedo conceptista y tocahuevos , miel con hiel . No he sentido el silencio y sus ruidos, admirada Gibran, no me he sentido nunca un enviado de un diosecillo en paro. Me he sentido pájaro volando entre nubes y he deseado ser nube brindándole a ella intercambiar mi pretensión,  gracias a Tagore y de nombre Rabindranath, quien me sensibiliza sin nada a cambio.
Y a pesar de todo, de nada o de poco, me consta que sigue siendo la raíz de no sé si finitos males, ese carcoma de las virtudes según glosaba Don Miguel, ese a quien le faltaba el brazo, ese creador de Quijano y  de ese reflejo cercano.
 Bueno y algo cierto, que a veces le envidio sus andanzas en compañía de Sancho , de Sancho... efectivamente. Salud y a superarnos.


Pedro Gallardo, Ciudadano

2 comentarios:

  1. Y ahora que has acabado, aprieta er culete, que el placer hace deslizar ricos elementos!!! ejejejej

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