Envidias, adulaciones y
criptografía luminosa
“ Menos sombras, claves a compartir, caminos que se entrecruzan,
parada y vuelta a empezar con la experiencia acumulada, una carga llevadera y a
agradecer...”
Comenzado el nuevo año, como tantos uno hace su balance y sus
propósitos de enmienda y no menealla, o sí si cabe en función de circunstancias
que te condicionan.
Uno agradece consejos sabios, atenciones y cuidados ante
mediáticos que te solicitan. Uno es,
actúa según su conciencia y brújula nada imperativa, siendo de momento libre,
no añorando y ciñéndose a un posibilismo
que hace probables los encuentros.
No se como le iría a De la Rochefoucauld de la época, pero a
este que sigue avanzando líneas, le
enerva la falsa adulación y nada la noble y sentida, dependiendo del tono, del
momento y de las intenciones no cayendo en los prejuicios ni apriorismos,
aceptando retos sin recorrido, asumiendo nuevas pruebas de realización
personal.
Puede que sea vanidoso pero intento lo justo; puede que
no me siente empobrecido al recibirla y
lo digo a mi duquesa desde mi sentido plebeyato; puede tenga uno y otros que
seguir neutralizando ataques de cortedad, sintiendo los elogios nada indefenso,
contradiciendo a Freud consultado y enigmático, compartidor de sueños.
No, me he propuesto
nunca atrapar, cercar, desmontar falsas adulaciones ni envidias pues cada uno
es dueño de sus sentires y necesidades de encuentro con uno mismo y sus espejos
distorsionados, allá cada cual con quien le plazca.
No me he planteado de momento, ser menos oscuro,
criptográfico o más directo. Sería reconocer unos cambios que no emanan de mi
necesidad de más o menos luz. No necesito expresar escapándome por la gatera,
hacer la rosca o practicar de aviesas intenciones, no me es propio y no me
reconozco en el fácil halago ni rosqueo premeditado, pues
cada vez ando más convencido de que soy más rápido que la inteligencia que
consiento me persiga. Me he propuesto seguir siendo honesto a pesar de los
obstáculos y de momento a estas alturas de la vida, no he perdido ni la “h”
Hoy mañana he
disfrutado en el Palace, siendo un previo que esperaba, pues uno sigue
confiando no habiendo razones para la antonimia ni contra a la
opinión creada por los hechos, a una amistad deseo a fortalecer.
No siento envidia insana, sí deseos de superarme, no
aplicándome el proverbio árabe por no tratar la dualidad de superiores e
inferiores. No la he visto ni sentido flaca o gruesa o amarilla pues no la
dejado morder, mi Quevedo conceptista y tocahuevos , miel con hiel . No he
sentido el silencio y sus ruidos, admirada Gibran, no me he sentido nunca un
enviado de un diosecillo en paro. Me he sentido pájaro volando entre nubes y he
deseado ser nube brindándole a ella intercambiar mi pretensión, gracias a Tagore y de nombre Rabindranath,
quien me sensibiliza sin nada a cambio.
Y a pesar de todo, de nada o de poco, me consta que sigue
siendo la raíz de no sé si finitos males, ese carcoma de las virtudes según
glosaba Don Miguel, ese a quien le faltaba el brazo, ese creador de Quijano y de ese reflejo cercano.
Bueno y algo cierto,
que a veces le envidio sus andanzas en compañía de Sancho , de Sancho...
efectivamente. Salud y a superarnos.
Pedro Gallardo, Ciudadano
Y ahora que has acabado, aprieta er culete, que el placer hace deslizar ricos elementos!!! ejejejej
ResponderEliminargracias guapit@
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