Encuentros en la indefinida y
temporal fase
“ pues fue cerca, muy cerca de casa, casi a la vuelta de la esquina..”
Me lo ha puesto difícil Manolo, mi amigo del “ Argentino ”, cuando me ha pedido un
artículo, corto , breve, concreto, directo, comprensible para todos de la
Historia de nosotros hispánicos, arrancando desde la Primera República decimonónica. Le he dicho
entre buchito de copejo etiquetado en
negro y agua para rebajar, que no me encuentro en condiciones de tal reto, cada
uno hace lo que puede y al alcance está, no siendo esto lo que me seduce, motiva o lleva a satisfacer historias
que no me proyectan y más bien me llevan
a las dudas razonables de contextos sin tan siquiera imaginar.
Me sigue diciendo Manuel, Manolo, mi amigo próximo , que me
lee y a veces se pierde, no llegando a
captar la sabia síntesis; que sea más cercano, más popular, más didáctico
y antiencantador de serpientes; que se
pierde , que me quiere entender y que se
queda a medio camino, que piense en los que
no tienen ese nivel de conocimiento que me otorga, no siendo consciente de mis distancias, pues me expreso
como siento, satisfaciendo egos y causas pendientes, que así reconozco, escribano de cuatro, de aspirante
redoble progresivo de atentos o
díscolos, de mi gente.
Es por lo que me dejo
para otra, por impotente llegador, a Figueras, a Pi y a Margall, a Salmerón y a
Castelar, aunque este nombre postrero me
lleva a recordar como en su punta
callejera más próxima a la Purísima, este que les despista, distrae o enerva en
positivo, inquieta o recuerda tiempos interiores pasados, tuvo la fortuna de
salir a la vida, teniendo a Sagasta por calle cómplice, infantil y de correrías
multidireccionales, ¡ esos cincuenta !.
Que no Manolo, que no me siento capaz de dejar mi federalismo
sin vivir, que no me siento centralista ni Borbón ni juancarlista, que la
sangre azul me suena a cuento, que le pido a los Reyes protagonicen su gran
gesta, que vuelvan a la plebe, a ese rol plebeyo que les devolverá y compensará, con olores a pueblo,
a padecer y a reír, a ser lo que nunca
debieron abandonar, pues la historia les concedió un privilegio desenraizado de
su origen y de esa manzana que nos hizo concuspicentes, menos yo, que me resisto a la fuerza de lo irracional, impuesto y de escuela
alienada, del régimen caído, de esa Iglesia del interesado bien y mal,
penitencia y ejemplo tendencioso y oprobioso, fuere en Marzo o en Febrero, de
entonces y de hoy, o mañana a no guardar.
Y apreciado Manolo,
amigos de las movidas mañaneras, de la sonrisa
esperada y buscada, que entiendo lo que me pedías, que soy sincero, que
se que me transmites que no “ estamos
preparados para ser actores de esta democracia laxa, convenida y
superficial ”; que te entiendo pissscha,
que escucho tus argumentos sobre el
tiempo del huevón y su seguridad en las calles, su aislamiento
internacional dices para preservarnos de ¿?, pero que no entro en discusión
para que las gotas de complicidad, alterne y
barra próxima, nos sigan deparando momentos de encuentro y de dicha, y
de ofuscaciones controladas, siendo más demócratas que lo que el momento nos
dispensa u otorga.
Y cuando daba por zanjada la diatriba, la sana discusión, la
temática abordada, me dijiste que el punto de partida fuese sobre la II
República, cambiándome los esquemas del hacer y de su intento, directo,
próximo, corto, breve y comprensible. Y respiré por el margen concedido de casi o sin casi sesenta
años, siéndome igual de complejo el reto, pues sigo trascendido y creo no
engañado, que estamos cerca de la III, y que mis borbones acabarán por
claudicar y ser ciudadanos de estos tiempos, próximos por llegar. Y que uno y
otros, los veamos ,para dicha de los que
tanto, atrás y recordados, ansiaron.
En fin, Manolo, que uno hace lo que puede, que este sábado
o domingo volveremos a hablar del
gobierno, de este país, del tiempo y de la cruda y próxima realidad, que nos
convierte en seres que reclaman su
protagonismo, sin derecho a repetición de aciertos, errores , como la vida
misma, como estos puntos suspensivos que
nos sitúan en el interrogante , la respuesta, la espera , la satisfacción o ¡
vaya Vd, a saber!, pues pienso que no hay nada atado, ¿ o si ?, dejándolo a tu
albur. Mi salud y deseos de lo mejor, pero para todos, aunque sea eso, palabras y demandas de una soledad superada, de amigos con quienes
compartir estos deseos.
Pedro Gallardo, Ciudadano
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