“ Mis lamentos con destino en noche de
destemplanza ”
Del dicho al hecho hay un largo trecho. Dime con quien andas,
y de vez en cuando pregúntate quién quieres ser y cómo eres. Esto tiene para mí
más credibilidad que el meteorito de origen marciano caído cerca del Tata marroquí tal día como el pasado 18 de Julio
del pasado año, produciéndome el otro reprobables recuerdos. Casi al unísono me
digo que me importa un carajo que el FMI haga la previsión de dos años de
recesión, pues ya estamos bastante jodidos, negándoles credibilidad por ser
ellos quienes alimentan la debacle. Me enerva el ínclito Luzón, no el filipino,
sino el del Santander se jubile con una pensión de 56 millones de euracos,
Consejero y Director General de parte de nuestras desdichas.
Me sigue calentando nuestra dependencia y alienación con el
Imperio y Occidente, nos suponga en breve o en lo cortísimo, 8.000
millones por la dependencia del crudo
iraní y el embargo ya dictado. Me alegro por Schultz y sus Snoppy y Carlitos en
su sesenta aniversario y recuerdo a Freddy, a Mercury transitado hace ya
veinte, veinte primaveras nacidas y pasadas, por muchas flores que se empecinen
en no dejar florecer, ya mustias, ya
asimiladas, de ramos de novia o de óbito de despedida, al son de la vida,
de esa vida que de acorta a cierta edad, cánticos de irremediable despedida..
Y es que a veces veo el mundo, mi mundo, el tuyo del revés,
en llamas, lloroso y perdido, buscando su sentido perdido, ávido de gobernantes
que le insuflen ilusiones y esperanza
en un mañana por ver. Es que nos queda seguir reclamando la redistribución y
negando la guerra nuclear que algunos nos preparan para salvar el Sistema que
les hace opulentos y cortoplacistas,
mientras el hambre y la sed, las
enfermedades y la codicia para cuatro, hacen de las suyas. Es que nos sentimos
escaldados teniendo el privilegio de sentirlo, otros ni eso, aspirantes a
parias, despojos sin techo, bocas implantadas
y dientes sin leche, pobreza mental en carnes de tu carne.
Y en mi amalgama de sinsabores, contrasto los paraísos de
Belice , Mauricio y otras Antillas
menores, donde la fiscalidad se dora en sus arenas y aquí muy cerca, los
desahuciados por no poder y si querer, los derechos sin derecho, los urdangarines
sin precio justo, al albur de una Justicia que exonera, minimiza o trata de ser justa, ¡ qué pericia !,igual
resulta no dando igual.
Yo no quiero que se llegue a tener que “ordenar a partir del caos más que anunciado, mi querido Frank “ No me pregunto qué es la nada ni me sitúo
enfrentado al estupor; no les pregunto “ qué
es lo que nos espera”, pues ya lo estamos padeciendo, no evadiéndome a
Liliput, reclamando nuestra libertad de conciencia, la libertad de creer y
crear según me dicte, nos dicte nuestra
conciencia espectadora, reclamando como Swift, propagar esa creencia que mediatizan, sesgan,
censuran , entorpecen con cumplidas obediencias.
Sigo pensando que el que siga y se sienta humano y obrero, necesita hoy más que nunca
dignidad y respeto, que pan o migajas de
miradas cuasi altivas. Que nos siguen oprimiendo, que los denostados tienen
mucho porque seguir aspirando, siendo la peor lucha la que no se está dispuesto
a ejercer, por nosotros y por las generaciones venideras.
Claro que tienen pleno
vigor en tantos que te recordamos,
querido Ernesto, que la vida de un ser
no sirve de nada cuando no se afrenta el destino oscuro y presente de
esta humanidad encogida y maltratada.
Claro que nos temen y nos silencian, y molestamos y nos ningunean e intentan aislar como formadores de
conciencias por contraste y necesaria libertad de miras. Pero no nos pesa
rejuveneciendo nuestros compromisos de “
pan, dignidad y seguir demostrando que nuestra racionalidad
de superiores (¿?) nos sirve para más que algo, en ese Mundo diferente que
reclamo ”
Quien se sienta conforme consigo mismo en ese papel de
analfabeto o domesticado político; quien crea que todos los políticos son
iguales y que no hay salida, que no se lamente de que haya quien utiliza la Política para servirse de
ella, prostituirla y amparar el bandidaje, corrupción y vanidades, valiéndose y
sometidos a la Economía que decide quien
come en el plato de alpaca o de barro, siempre que se porten
bien, ¡buenos chicos!, sumisos por contentar.
Recordando, reflexionando sobre Brecht, mi salud, mis lamentos en
destemplanza pasajera, hoy en Liliput, mañana en realidad querida, mi gente,
mis olores, mi volver a empezar...
Pedro Gallardo, Ciudadano
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