“ Un día de tantos, un día que se va, repitiéndose la cantinela...”
El Congreso de Diputados, la Cámara baja, baja ella, no
quiere iluminarnos apostando por la incomprendida opacidad acerca de la Casa
Real. Las mayorías y suma de intereses funcionan así y el veto nos sigue
dejando en la larga espera de conocer las cuentas concretas de aquesta
Monarquía, para mí, trasnochada y sin sentido. No lo entiendo ni me someto a esos
silencios, igualdad ante la ley, igualdad sin iguales.
La Xunta de Feijoo, anuncia la subida de un 19% en las
tarifas del servicio de guarderías. Más de un 50% de familias afectadas por
este servicio y mi, “ no lo entiendo ni
acepto “, no me someto a esta chabacanería y falta de sensibilidad. Claro
está, tiene su irónica lógica, pues hay mucho abuelete, parado y dama doméstica
pluri o no empleada, también en esas latitudes, para contribuir a la causa de
estos encausados.
Los institutos de secundaria valencianos continúan con sus
protestas por los recortes básicos en personal, mantenimiento, tercermundismo y
subsistencia. La Generalitat no paga calefacción, servicios de comedor,
partidas para folio, tinta o libros de texto a reutilizar. En los discursos teóricos
,la educación sigue siendo importante, clave, esencial para el progreso y ¡¡¡¡
jajajajaaa!!, pero a los hechos pecho, creciéndoles el cabreo, pues ya no está
el ariete Zapatero, y no tienen argumentos que desviar. No queda pues más
camino que la denuncia, la acción y la protesta, las Plataformas de defensa de
la educación pública, de los servicios de cobertura universal que nos recortan,
eliminan y venden al mejor postor, y entre medio de ese recorrido, las
prebendas y bufandas para neutralizar el frío, ¡ Dios dirá!. Mientras tanto y
que escueza y aquí nos duela, ni bajas a cubrir, ni refuerzos ni mínimos a guardar, reservando para otros
tiempos titulares, titulares de calidad de la enseñanza en contraste con
fracaso, desmotivación y pérdida del Norte cardinal, desorientados.
A Doña Rita, a Fabra, no les escuchado nunca jamás autoinculpatoria alguna, viendo
impávidos e inconsecuentes como el parque temático, el circuito fórmula UNO o
el aeropuerto sin aviones, las travesías transoceánicas promocionadas o el
estudio faraónico de cines sin películas sin rodar, son patrimonio del déficit,
siendo ellos responsables de tales tropelías. Pero pica y silencian sus efectos, y claro, yo y tantos,
nos chupamos el dedo como lelos insconcientes, y espontáneo y mis disculpas, mi
otro y segundón ¡ jeejeeeee!
Por otras coordenadas
centralistas de marco ministerial y control de euros, añoranza de rubias y
recordadas pelas, Don Cristóbal “ Montogó
a lo franchuti “ escojona con
sus últimas incontinencias verbales y hay quienes se sienten delincuentes sin
decirlo o serlo, cuando se les marca techo de gastos, autonómico o municipal, provincial o de cientos de
staffs, chupando bien de la vaca. Y ahora la repera, la impuesta y sacralizada
Señora, ella, de apelativo austera, Doña Austera austeridad. Ahora hay que
cumplir los objetivos de contención, ahora... pero hubo un antes y hechos
recientes, donde el pibe protocolo y la cartera de imprevistos, hacían las
delicias de muchos politicastros, en activo hoy
o por defecto, de excelsa jubilación.
Y procede mi “jjiiiiii” por obreretes
de chaqué , bussines y AVE de Utiel, que con cincuenta vamos, orondos y
apañados. Son contrastes, son matices, son imágenes y vergüenzas, son, son... ¡
tantas cosas!
En acabando, me he autoimpuesto no expresar mis verdades gürtelianas
por decoro pendiente de ajustar, cada
vez más próximo y esperando no se pasen los trajes de temporada, recordando y
avizor a la llamada popular de mis ciudadanos del Real e interbarrios, incluidos periféricos que lo son, ir
aterrizando en la temática local de mi terruño, siéndome imposible no recoger la demanda tan marchosa,
comprometida y necesaria, en una realidad que me parece excesivamente
homogeneizada, con excesos de rosa, de acrítica y aires contaminados de una
desequilibrada estabilidad proyectada, mientras se obvian otras de calado, de
acento y ganarse presencia, porque es lo que es y no lo que quieren que veamos.
Y es que uno y otros nos vamos haciendo mayores no cumpliendo
el tiempo, el controlado tiempo , la promesa en confesarnos su edad, que no dudemos, que la tiene. Mi
salud para todos y, creedlo sin excepciones
de un ciudadano que se precia de ser generoso por humano.
Pedro Gallardo,
Ciudadano
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