jueves, 8 de diciembre de 2011

MORBO, MORBO, ¿ de verdad?,no me lo puedo creer


Morbo, morbo, ¿ de verdad?, no me lo puedo creer

¡Qué fácil es condenar sin escuchar!. Esta vida falsa, interesada está montada así, para que los facilones se crean  casi perfectos, tapando sus vergüenzas y deslices, pues son muchas las circunstancias en que nos puede o toca debutar sin predecir el final ni anunciarlo y sin que se acabe la obra. De lo inconcluso dictan el dictamen, se avanzan, aseguran su bondad, su denuncia de perversos por demostrar.
Hacen sus juicios entre copas, sus partes sin una parte, su campaña de boca y oído y no digas lo que te he dicho, pues me pones en un compromiso fiel amigo, y no te preocupes ¡ que pago yo!, ralentizando el acto de tocarse el bolsillo.
Y es que falsas amistades, interesadas amistades que se vuelven peligrosas, que no conocen la empatía, el saber esperar y nos juzgan con alevosía y láctea malignidad. Son seres hueros, vacíos, superficiales, impactantes, gritones, reincidentes en sus postulados sin dar cuartelillo o dudar de sus falsos juicios .
¿ Y yo les pregunto a algunos mortales de moral incólume?. ¿Acaso quieres que gane la partida el Sr. Alcohol?, pues libre eres de decidir tu tiempo y tus prioridades, de tus enlaces y búsquedas, de que asientan tus nemeces que como humano o humana corresponde, haciéndote más cercana y próximo, más digno de entendimiento, el que a mi no se me ofrece y del que mi conciencia me avisa y agradezco esté  por mí.
Salsa, salsa, salsa, que esto se anima, que va a ver movida, que salga el Sol por donde quiera o se le deje, que el tiempo juega a mi favor, dándome razones de seguir fortaleciendo mis desmanes, mis errores y por suerte reconocimiento, pues de humanos es equivocarse y lo reclamo como
derecho, como componente de un camino que pone obstáculos  y de los que la vida te prepara para más, descubriéndote, queriendo ser lo que eres y con todas sus consecuencias.
Hay que seguir mirando hacia delante, en la llanura fría, en el llano estepario, en la vida del transcurso, de la mirada hacia lo recorrido y por ver. Hay que seguir reclamando oportunidades para ser felices y reparar heridas a estañar, cuando la voluntad y el buen fondo lo son en realidad, cuando no hay contaminación alguna carroñera que apetezca de intereses por irradiar, tapando maldades de conciencia perdida.
No es cuestión de concretar marcos ni escenarios de un teatro nada absurdo, amigo Pirandello. Hay que esforzarse por trascender del morbo, de lo fácil y chabacano, de lo nimio y tendencioso, del que busca cargar sus  frustraciones en chivos expiatorios del momento, sin ponerse en el lugar del otro.
 Mi juez es mi conciencia y mi condena me la aplico yo, positivando en la balanza  el privilegio de un largo recorrido, donde pesa más  lo dado que lo denostado. No existe dicen la tragedia, sino lo inevitable pues todo tiene su razón de ser o pasar y nada es definitivo si se mantiene la puerta abierta de la cordura y la esperanza.
Claro que se aprende, claro que he aprendido la lección , inconclusa, pendiente de desenlace al que no temo y del que toma fuerza mi demanda del “ derecho a equivocarse ”, mi orgullo en lucha con mi corazón, la llamada a conceder oportunidades, pues hasta el Cristo fue tentado, pero claro él, era hijo del divino y éste relatante, carne de su carne y a mucha honra a mis papás.
Amigo es el que acude en los buenos y malos momentos y mi mejor cómplice es mi noble reconocimiento. Por suerte estoy  encontrando seres de luz, extraordinarios que me animan a seguir luchando contra tanta incomprensión, bajeza y provincianismo desangelado, tanta farsa y artificialidad, donde hay paradas y ocasiones para vernos y recordar que cual aves de paso, el vuelo  reconforta cuando la libertad y el buen fondo nos hacen ser auténticos.

  Y Salvador Bacarissa con su concertino para guitarra me hace conectar con el helor del cristal, contrastando con el calor de sinceras y necesarias reflexiones, deseo espejo en las que se miren y reconozcan otros.

Pedro Gallardo, Ciudadano

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