viernes, 23 de diciembre de 2011

AL DESPERTAR..."



AL DESPERTAR Y SIGUIENDO LA RUTINA

Son las siete y media de la mañana y estoy contemplando absorto la magia del fuego de la chimenea interior del salón rústico. Tras los cristales y llevándole la contraria a la canción, no llueve. El día de viernes se presenta espléndido y espero en él se plasmen los encuentros amistosos programados y en los que reforzaremos vínculos de amistad, alegrías y adversidades con miradas abiertas y espontánea complicidad.
Unos cargarán los carros a cuenta de la maltrecha paga extra de Navidad siendo unos privilegiados; otros seguirán gastando pues les sobra y aleccionan el fácil consumismo y los menos esperarán la propina que compense su generosidad ofertada ante nuestra dádiva o negativa, sin ser conscientes de que de ello depende el como pasarán, este día, o el mañana incierto, en una rutina reiterada que si les va medio bien, mantendrá sus sonrisas ante tanto escaparate bien surtido, ante nuestro sí o el no me insistas, frente a una realidad en  la que cada cual ve y siente ,interpreta y actúa a su libre o  condicionada manera de ir dando pasos por esta vida efímera y de instantes por gozar, superar  o incrementar el olvido que a veces falsamente nos libera.
 La memoria, la memoria amigo Greco, esa fiel  o manipulada mirada hacia atrás, te hace a veces jugar al autoengaño consciente o inconsciente, apareciendo dudas y sombras de claroscuro en el fue así, en el como lo tienes almacenado o quieres ver, convirtiéndote en director y productor, guionista y protagonista de tus escenas. Las acotaciones, el contexto y los colores los pones tú, dependiendo de cómo tu estado de ánimo o desencuentro te hagan trasladarlo a este presente, de sonrisas y lágrimas, reflexión y prisas controladas que se escapan, aproximándonos a la Navidad, tempo de paz y necesario recogimiento, turrón y anisette, inocentes por llegar….y de un Niño que perdura por milenios, deseo ilusionado y donde su mensaje compartido se convierta en hechos de abasto universal.
Son las ocho y la escarcha va haciendo resbaladizos y gravitatorios ríos acristalados en superficies transparentes que separan realidades del dentro y su contra, el libre y enmarcado, siendo ellos actores que personifico de un vaho juguetón que dibuja con el dedo, mi feliz Navidad con adorno de campana. Antes que el luego inicia su secuenciado difuminado, se desvanece, diciéndome mi Naiara  empijamada y con ojos de reciente despertar que me vigila…
¡Tito, ha quedado chuli!,¿hacemos otro?, no pudiéndome negar a tan sugerente invitación.
Son las ocho y poco más, el lápiz me pide una tregua, huelo a café y hay promesa cumplida de acompañarlo de churros de Valdemoro, cogiendo cuerpo el desayuno casero de rigor. La chimenea, sus ascuas nos invitan a aproximarnos y ya he hecho la primera jugadilla, comerme dos en descuido, pues la demanda de liberarles del cartucho ecológico me ha podido, formando parte de mí. Ellos lo saben y no me han dicho nada, cosa que es pequeña y no por ello menos importante…
Al despertar y siguiendo la rutina de año a año y el privilegio de sentirlo, de contarlo.
Mi salud  a todos, mis sensaciones, vuestra libertad de interpretarlo y reflejarnos en lo que en tanto nos parecemos. Mañana igual llueve y no contradigo la canción, mañana, mañana…
Pedro Gallardo, Ciudadano
Contrapunto pedrogallardo blogspot.com

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