Tú sexitano, yo de Rusadir
De regreso de la Costa Tropical y almeriense, imágenes y
aires de los Millares y voluntaria fusión con argáricos de este presente.
Motril precioso y su caña abandonada;
Adra de los abderitanos y de los forasteros que se sienten como en casa;
Balerma bonita y sus plásticos que blanquean el horizonte; Almería purchenera y
del Zapillo inicio y tornada de la Gádor plomiza y de cuadro, tanto en tan poco
... pero era necesario y se agradece pues la monotonía melillense necesita de un
salto, de otras visiones, de conocer al Rodrigo el Torta de Almuñécar, sexitano
de altura.
Y es que el
disfrute se entremezcla y se confunde
con la crisis, amigos. Es que hay tristeza, apatía, desencanto, siendo los
bancos de las placitas de esos pueblos blancos y cargados de historia el mejor
pulsómetro de una sociedad que se muestra enferma, tocada, desangelada, siendo
los milagros y esperanzas mucho más que esperas de necesario y acelerado
recorrido.
Vuelta, vuelta a nuestra Melilla y cercana expresión y evasión de demandas nada
floreadas en este inicio de Mayo. Vuelve, llega la rutina que adornas con la
ruptura y resistencia al más de lo mismo. Las caras infantiles vuelven a
sonreírte y sacarte por momentos de tus casillas y volver, volver a empezar,
pactando en lo teórico un buen final pues esto se acaba y luego Dios o dioses
dirán.
No puedo abstraerme de noticias que versan esa barra de
encuentro y desencuentro . Y es que aquí también hay quien sabe dimitir y
diferenciar lo político de lo propio y familiar. No me queda más que
reconocérselo ciudadano Merino, aunque sea por un día y espero no sea la
primera y mientras tanto mi confianza no entrecomillada y deseos de buen puerto
y justo desenlace.
No puedo obviar ni dejar escapar una carcajada y casi me
entristezco de no ser y mis hados me libren, concejal marbellí y fiel pepero. Y
es que no me agrada ni comparto se me obligue quincenalmente, visitar por
instrucciones de Alcaldía, iglesias y misas, dando cumplimiento al conviene y
por ende, “ haz de asistir ”, pues
hemos de cautivar el voto potencial de nuestros feligreses compartiendo el
abrazo fraternal que despeja aires de hipocresía. Y es que la fe no es un juego
y si hay que arrodillarse pues uno o una se arrodilla, eso si con almohadilla
por la falta de hábito o perdida en infantil costumbre. Todo sea por la causa y el poder,
politiquillas vergonzantes y el “todos
no son iguales”
A Enix y Felix, mis deseos de volver pronto a visitaros. Esta
tarde de cercano anochecer donde saludo a mi amigo ordenador , mi volver a
empezar ilusionado en que las respuestas vayan llegando. Mientras tanto, uno
sigue expresando lo que por no privatizado te hace gozar, eso si, de momento,
pues la cosa está que todo por muy
antinatura que parezca, puede ser real por mucho que lo denoste. Cuestión de
principios y lógico final.
Pedro Gallardo, Ciudadano
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