Tertulia de mañana, sabio, sabio pueblo
Y tú osado detractor, me dices que cambie de disco, que torne
a medidas del hoy, que abandone el cuartillo y el celemín de mis ancestros, y
no olvides colegui, los tuyos también. Que deje de escribir notitas en las
servilletas de los rincones de sosiego, de paz y chisporreo de mi Real. Y me
dices, ven y no me muevo, pues el taburete me ata mis posaderas culares, mi
comodidades ganadas a peso que no a pulso, en equilibrados devaneos.
Me he prometido ir a
Córcega, la tierra de Naboleón el de la buona parte, a oler los tomillos de “I movrini
y su alma”, y su córsica y su quejío mediterráneo de la que me ilustró, fa
anys la incomparable Bonet, mi María del Mar, de esa Mallorca de calas y
Ratjadas por visitar.
En la charla de bar, en el parlamento de los obreros y
parados de mar y tierra ,pues no había paracaídas para el aire de nuestro
aliento de vuelta e ida, en esa charla magistral, espontánea y sin guión, hoy la historia ha ido de humor no sometido
a los controles de la propiedad de la SGAE.
La inactividad sexual de tantos que se las dan de mete y saca
de martillo pilón, ha resultado ser, que es menos, que mucho de palabras, que
es peligrosa siempre que no genere cuernos, cuernos de parte y arte, pues a
ello tienen derecho los dos, o sin derecho el tercero, la víctima, la que
lascivia lleva al tentaero, y claro, ella o él, cayó ante lo bueno, pues la
jodienda tiene , tienen ¿ enmienda y contricción ?, mi jjeeeee y el va a ser
que no.
Y me decía un albañil , de esos ,de esos que saben más que el
ladrillo es un objeto rectangular de
cara y prisma de alcance de graduado, que “a
él trabajar lo mató, pero sigue vivo, como a otros, pero por si acaso, que cabía no
arriesgarse”.
Y pasaba, pasaba por
allí, en casi olor de multitudes la bella princesa bereber de cuentos de Alí y
no me quedó más que asentir con la mui y
con mis ojuelos engafados, sin saber a ciencia exacta lo que había reafirmado.
Y es que eso pasa, es que muchas veces decimos que sí, sin saber que nos preguntan,
por estar más pendiente de chulapas que despiertan el alma ,para mi perdida o
desahuciada sin quererlo ni mamarlo, ansia de juventudes victoriosas donde mi
dominio era perfecto, realizado sueño.
Nos seguía persiguiendo la inteligencia en esta mañana de
bar, en el compartir de copas sin necesidad del chin chín. Nos seguía acechando
a nos, que demostramos que éramos más rápidos
que el ¡ tómate otra compañero !, para estar al compás de la jugada y el
teatro que nos tocaba interpretar, realismo vivido con gusto y disgusto en el
pagar, de asunción colectiva, a partes y con arte, con dos huevos por delante.
Abdelasis me comentaba que “ los niños siempre dicen la verdad” y yo asentí dándole sentido a la
necesidad de escuelas para que aprendiesen a ver los recovecos de la vida, los
contrastes de luces y sombras, la llegada y despedida.
Un intruso se nos coló fumando, nos aseguraba que era
consciente de que era fácil dejarlo pues había hecho más de mil veces, cayendo
en lo fácil de su reiteración, y nosotros, rebeldes convencidos o
fumadores activos o en retirada,
entendimos su momento, tan largo como dos intensas caladas de dudable sinceridad.
Y nos despedimos recordando a los que no aceptan las Sagradas
Escrituras para dar fe, a esos notarios que anotan lo mundano y lo que ata,
pues notábamos que la cuenta nota iba embarazando el día de currelo del mañana,
de ese Lunes que era principio de Semana, de ese escenario que llenar de momento en espera.
Y claro, pasaba por
allí, la bella princesa de los cuentos de Alí, esa hermosa bereber que aclamó a
estas humanas multitudes de puertas colindantes, donde con respeto la
admiramos, yo, confieso más comedido por eso de ser maestrito pero machote como
el que más. Ella nos dirigió una mirada dulce, en un segundo y vuelta al
frente, sonriente, plena, realizada como mujer en escena, maravillosamente real
, serena.
Y es que los
psiquiatras estaban medio aburridos y optamos por contribuir a su causa, haciéndoles reconocer su locura de amor por
lo que profesaban. Es que la hermana de
otro, nos resultaba más atractiva que la propia, sería por sus virtudes...
aunque quedó en discusión y profundo debate en otra, el tiempo apremiaba y
llamaba a darle otro sentido a este sábado, maravilloso.
Mentiras, mentiras más
grandes que las de Rodrigo el de Triana al ver a lo lejos a las indias, a las
indias que adivinaba pero que no, creedlo, por distancia, veía, siendo verdad
arenosa, verdad de mezcolanzas y pasiones, de las que la historia cuenta su
oficial semblanza.
Sed buenos , sabiendo
que no puedo perseguiros a todos y a ellas, pues para ello mis hados que están
en todas partes, currantes natos, no adscritos a pagos de recorte, de momento.
Y esto, esto Gallardo
es costumbrismo y chabacanería, simplismo y
tonterías, y me digo ¿ y tú que sabes de ti mismo y de tus calladas
opiniones que nos hacen más naturales, más próximos, sin tantas fronteras ni
serviles que contentar?. A ti mismo,
disfruta, a ti mismo y a tus
circunstancias.
Pedro Gallardo, Ciudadano
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