miércoles, 25 de julio de 2012



La crisis de cerca

 Carlos es uno de tantos Carlos . Lleva cinco años buscando curro y a sus veinticinco vive su depre, refugiado en el alcohol insolidario y dañino de quienes sin acabar de entenderlo se lo auspiciamos. Cuando abre la puerta  de su intimidad, reconoces no le haces ningún favor y ante su súplica casi de teatro  de autores anglos de mercaderes venecianos ,me sabe a hierba, hierba liberadora de injusticias y roles impuestos, fenecidos, nada campechanos. Aspira a salir no sabe cómo ni cuándo, pero espera…mientras el cuerpo y la mente tocada aguante.
Shak es un ilegal  ecuatoriano, sídico y en tratamiento a cortar y, aspira a morir en su Quito de infantiles recuerdos pues las fronteras existen y aspira como el viento a regresar para buscar su calma.
Ángela de setenta y siete años vive o malvive de una pensión de viudedad que no le asegura sus deseos de no ser obligada anoréxica por inanición. De vez en cuando pide  y se avergüenza de hacerlo y a pesar de todo cada día da gracias a un dios que desconozco, por ofrecerle ver amaneceres y esperar una despedida con dignidad.
Lluís era comerciante, autónomo librero, hoy devorador de sus historias, viviendo de un fondo de libros que se agota y un paro que se alarga desilusionado, A sus cincuenta y cinco años aspira a “que salgamos de esta movida ” y a rehacer sus sueños lo que le alabo y no dejo de reconocer. Me acaba de regalar una Enciclopedia Álvarez de segundo grado de mis tiempos infantiles en Ataque seco, colegio sin igual,¡ mis añorados inicios de los sesenta !.
 Lina vende su cuerpo no por vicio sino por necesidad compatible con su limpieza de escaleras de comunidad. Es viuda y quiere no se le llame puta con desprecio, admirando a la Magdalena de Jesús y apreciando a  todo aquél que la vea como humana. Yo así lo expreso y reconozco y mis deseos de superar lacras y circunstancias de esta vida no tan nuestra.
Marc es auxiliar de farmacia circunstancial, Licenciado en Química en propiedad- Se le acaba el contrato temporal con visos chungos de renovar. Tiene cada vez más claro emigrar como sus bisabuelos al dorado o a  lugares donde realizarse a ser posible más allá de la existencia.
 Mi séptima magnífica es Ariadna, una señora maestra jubilada de 74 años, aparcada por sus cuatro hijos y doce nietos en una residencia de 1.600 euracos al mes. Ella está resignadamente convencida  de que molesta y llora en silencio su final aspirando a no despedirse de este mundo, sola, habiendo dado tanto. Me despido de ella con un abrazo filial sin serlo y deseo verla  el año próximo, lo deseo y así me lo  fijo.
Que razón de la Maynard Keynes cuando calificaba la permanencia de la irracionalidad en los mercados que acababa con nuestras caducas solvencias. Ellos se pudren en privilegios construidos sobre nuestras necesidades, no entienden del cortoplacismo en un día a día que se convierte en drama, tragedia o epopeya para proyectos truncados, para aislarse de que se llegue a anciano con necesidades inmerecidas. Las leyes, ya lo poetizó Goethe, son poderosas pero más lo son las situaciones de injusticia, aunque esos poderes se evadan ante gobiernos que miran para otras direcciones.
Estos personajes no son de cuento sin final. Estas realidades las tenemos al lado, en  nuestras propias familias y amistades. Bienaventurados los necesitados pues ellos serán resarcidos dicen  mis hados y yo me pregunto,¿ y mientras tanto ?, viéndome impotente y necesitado de estos testimonios que me rebelan y aspiro a compartir, aunque solo sea por minutos, solo por minutos…
Pedro Gallardo, Ciudadano



1 comentario:

  1. La crisis económica y social que vivimos tiene rostros humanos y no sólo cifras macroeconómicas.¡Bravo por recordarlo !

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