INTERPRETANDO
EL CRUCE, SITUANDO EL FUTURO
Claro hermano, las prisas no son buenas... pero si no las
tienes puedes llegar tarde, aunque no hay tardanza en lo que es para siempre. Y
es que Thomas Mann era de otra época, de otra pasta, pues hoy manda el llegar
aunque sepas que no se den las condiciones para arribar.
En un final de clase
que huele a curso, cierto es hemos roto la tesis de que con quince músculos
aparece la sonrisa, pues hoy ha habido acúmulo
concentrado de antiarrugas y entrecejo. La vitalidad, la espontaneidad
infantil alimentan mi ser en una terapia
a veces necesaria que no tiene precio.
Hemos hecho balance distendido. Hemos hablado del futuro, sus
incertezas y oportunidades, lo alcanzable e inalcanzable que no lo es si no se
busca, el temor, lo desconocido, la actitud valiente y el afrontar, recordando
a Hugo y los diversos nombres de lo que
han de alcanzar, protagonizando sus presentes.
La historia, las historias no están escritas. Lo no hecho se
puede plantear en segundas y siguientes. Del error se aprende aunque se caiga o
sirva de impregnable y cimentada madurez.
Hay quienes tiemblan y se calman cuando no se ven solos. Hay
quienes se quieren encadenar a las
inseguridades del hoy. Hay quien
interpreta el cruce y el encuentro como la oportunidad del sonreír, la
palmada en la espalda, el abrazo, el guiño cómplice y el quedar en otra.
Que la vida avance ha de ser
cada minuto hacia adelante, menos privilegio. ¿ Razones y hechos o la
teoría de los derechos ?. Chicos, quisiera volver atrás, pero desde mi recorrido, os animo a llenarlo de vuestras
realidades. Es lo que toca y en ese
final que solo es un paso, haciendo cercano al horizonte, que no es engaño.
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO
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