Vaivenes que buscan un
norte sometido
a su destino
“ Y es que los otros cardinales le llaman a
aceptar la libertad de los vientos, brisas
y suspensivos por situar ”
Y Weil me dirá sin
encogerse que cada día se siente para adentro , más rojo. Santín, mi materia
que nos une, que sin darme cuenta me
acerco a sus ángeles rebeldes. Formoso esa señora y ser humano inigualable que
siga sintiéndome “ hermoso y nada visceral ”, que predomine el
cartesiano habilismo término o palabro por
oficializar, a una Rae temporal y
excesivamente encajonada en canas por despertar.
Vaivenes, sombras, luces, cantos de sirenas esperanzadas en
un Ulises sin rebaja, que las enaltezca, que las ensalce, sin cremas y con
belleza. Vaivenes, cambios de rumbo sin constancia, dudas, recomellos de lo
hecho o pendiente, imbrodescas tentaciones en una Melilla que no puede esconder
esta crisis y una brújula que no es chinesca, aunque mi paisanaje con Marines y portavoces
altivos, me sepan a desglorificados terrenales por llegar, tiempo a tiempo,
mejor un cauny o dogma que un longines de regalo circunstancial inmerecido.
Oye, que si renuncias a ello, te expulsamos de la reunión del Consejo de
lagartos y adjuntos y de ministros, pues la multi o el trust u holding que lo
envía, merece de esta acogida, que lo paga el villano, el nominado a control,
el viejito de marras, el parado borreguil a estrangular.
Mi Ana, mi Ana Pastrana de Manzanares me anima a seguir con mis quijotescas opiniones y yo se lo
agradezco en red, en red espero tupida, fuerte,
asentada en la libertad y
necesidad que nos llama a ser amigos en proyectos, desdichas compartidas
y nada sibilinas intenciones de un cambio necesario por llegar.
Mi Carlos Bort, desde sus cercanas sensaciones y visiones de
risas infantiles en la Lisboa de Camoens contemplando un infante que sueña y
practica con una felicidad que traspola
a adultos y yo me apunto sin esperar
a Reyes sin mirra, sin incienso por recortes maldecidos, que maltratan
ilusiones y vaivenes que siguen buscando un norte, un destino, sin diseñar ni
elaborar por mentes de bajo estilo.
Y yo me digo en una
llamada interior, si haces crítica social global igual nos llega, si es en lo
local y con nombres las acciones en bolsa informativa libre inestabilizan mi
espera y morbo por vivenciar.
Si voy de barroco difícil de interpretar y caspas de añadido,
igual encuentran un rinconcito de luz y amplias miras de café y observancia,
dependiendo del Levante o del Poniente o de quien asienta con mis molestas indecencias, no perdiendo guapuras
pues mis Delfos me llaman a mesura de control
difícil, uno que es de carne, uno que siente la necesidad de expresar
sus neuras, desmanes y don dicen de gentes, gentes de mar y bravura, hoy
sometidos a desesperanza y necesidad de Saramagos que nos guian y hacen sentir,
necesitados de nortes a nuestra voluntad.
Son, salen en escena protagonistas de mi referencia vital.
Son actores y actrices que me trasladan confianza en que hay gente buena no
entrando todos por razón de espacio impreso. Ellos, ellas, de los que saca la
cabeza Juan, mi Bertomeu de generalato callejero y de historia a contrastar, me
llama con arrebato a reclamar el anuncio el próximo opinable en merecido
homenaje a mi rifeño Messaudi de la noble Beni-Sidel con mi Marqués de
mecenazgo, con los que queremos abrazar a quien desde su alfarera visión y del
barro magistral, nos llevan a valorar lo próximo que no distante, siendo en
exceso convencido de que los dioses lo iluminan, inspirándole universalidad y
trasvase de fronteras, sentimientos por alzar. Eso lo será en tiempo de Ferias,
eso nos colmará de sentimientos desbordados, eso es ser humano, generoso,
receptor de pasiones, abrazos y besos sin guardar.
Y que expresarle, qué
decirle, no siendo mi costumbre, a mi Pedro Bueno y su artículo reciente de “ siesta sin igual ”, qué hacerle llegar a través de esta misiva
impresa tan sentida tan caliente. Genio, un auténtico protagonista de mis
defectos por pulir, un intimismo redoblado público que me hace aflorar
complicidades que no acierto a situar. Gracias, gracias amigo por tu momento de
bonanza y lo que he sentido al leerlo, valorando a partir de entonces la siesta
transnacional, con ronquidos de añadido incontrolados y libertinos, el Marqués
ahora de “Cáceres” con chopitos de
la mar, espero siempre azul de antifachalandias.
A mis hermanos, a mi
gente buena que acaba el Ramadán, larga vida, buenos propósitos pues no tuve la
ocasión de felicitaros su inicio, reclamando hoy su protagonismo, sus venturas
y buen llegar.
Vaivenes, vaivenes que
buscan la estabilidad en un equilibrio inestable, en una búsqueda de expresión
de interiores e identidad, a las que las cárceles del silencio no hacen crecer,
LIBERTAD y mi deseo de que seáis
buena gente. Un abrazo a todo aquél capaz de entender que con esto no se ofende
a quien así no lo concibe, y si te gusta, dos mejor que uno.
Pedro Gallardo,
Ciudadano
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