Más pequeñas por la
crisis
“Grandes a mi vista cansada, detalles que no
puedo obviar...”
Hace tiempo, un tiempo que no vuelve, un tiempo querido, recordado,
escribí la razón argumental de este que hoy os quita tiempo de café y hojear de
páginas, salvados los displicentes lectores de la cotidianidad.
Decía entonces que valoraba muy mucho las pequeñas cosas, una
flor, un ramo de ellas que pactaban su asociación , candor y olores, unos
pajarillos que piaban no sabiendo el donde encontrarlos recordando una plaza
maravillosa y silenciosa de mi Motril hermanado, nubes en movimiento ascendente
o en cirronimbos a recordar, unas
sonrisas no provocadas o el canto de un bebé reclamando su cómodo biberón pues
hay madres que tetas han de guardar, no loando la estética de oportuna y
programada , cansina publicidad.
Mi motivación entonces, hace meses, fue mi exalumna Pilar,
bonita y requetebonita, pero ella se me fue por sendas de cierto para ella de
fe, para mí trasiego en dimensiones que buscar y a lo que no renuncio.
La chispa entonces me surgió, la llaman inspiración o
necesidad digo yo, pues hoy me ha entrado necesidad de recordar ello y a ella.
Entonces, tiempo atrás lo expresaba no sabiendo el porqué, hoy sí recordando y
siendo cómplice de mis recuerdos, de mi historia terrenal, de mis logros y
anhelos pendientes. Expresábale entonces
que mi deseo era y es pasar por esta vida como una “persona de bien, como un humano capaz de contarlo , referirlo y cansar a alguno”, reclamando hiciere un stop
en su camino, pues es por mucho que lo
obvia compañero de caminos y trasiegos que surcar, por mares , aires y tierras,
por senderos sin limosna pues espero
igualdad, justicia y sana concordia, de intereses que aboliesen la maldad, intrínseca
o mojada en sana verdad ( y que los filósofos se abstengan pues esto peca de
excesiva y directa concretada vulgaridad, valor del pueblo mío, tuyo y de los
demás).
Hace ese tiempo, contaba de mis relaciones con queridos
alumnos hoy hombres y mujeres, de sus proyectos e ilusiones en un marco difícil
de estrechez, de crisis maldita. Hoy, regresado de unas vacaciones de
privilegio, recuerdo momentos,
encuentros con ellos y siento tristeza, rebeldía ante un panorama desolador y
mi bloqueo ante la respuesta a la pregunta, ¿ maestro, nos merecemos esto ?.
Dóciles o contestatarios, sumisos o respondones con causa y argumento, ¡sálvese
quien pueda o sintiendo también al
necesitado!... y es que esta dualidades tienen por lo sembrado fácil camino que
escoger de lo que me alegro, expresándolo al unísono con sentimientos que me
liberan de ofuscaciones e incomprensión ante tanta irracionalidad presente.
La profesión docente, decía entonces y vuelvo a situar, esta
vocación si se vive, si se siente, te da unas compensaciones a cuentagotas,
mágicas, auténticos gozos de muy difícil descripción literal. La pena, la
triste realidad que nos embarga, es que los poderes elegidos, los instalados y
alternantes, hayan permitido el deterioro de lo público, recortes que nos
hipotecan de efectos imprevisibles y por lo hecho sin vuelta atrás. Por ello,
palpo y siento, comparto y me enervo ante tanto compañero, alumno, padre o
madre que con impotencia está sufriendo lo que es y se avecina.
Privatizaciones, copagos, recortes en ayudas básicas, menos personal, calidad para
cuatro paganinis, aulas que se masifican... desolador, cruel e injusto pero
cierto.
Y él, y Víctor me lo comentaba cercano a su inicio de tercero
de Periodismo, ilusionado pero pisando suelo, pues tendría complicado ser
fedatario de los hechos y aún más opinante libre de lo visto en conciencia, a
lo que yo asentía en un silencio que delataba frustraciones.
Y qué queda, que nos queda,¿ nos chantamos un año
después como entonces y que venga lo que
haya de venir pues todavía hay sorpresas
más que programadas ? Nos queda y hoy con más convicción que ayer, y a ello me
apunto, nos apuntamos, seguir amochilando valores y sentimientos en el
transcurso de este camino como nos enseñó magistral y humanamente nuestro
“abuelo Labordeta admirado”, seguir mandando a la mierda a mucho vividor cómplice y generador de nuestras
injustas realidades, seguir sumando para ser dignos más allá de los colores e
ideología, hacerle frente a la situación, indignarse que no resignarse, aportar
para el cambio de rumbo, seguir soñando acercando la utopía.
Sensible y emocional pero no sumiso y despechado por este
Sistema que caerá, amigo y copartícipe con todos aquellos que no practiquen y
se instalen “ en el no hay salida o me salvo solo”, revolucionario y pacifista,
dialogante pero no gilipoyas... y mi abrazo sentido a mi Pilar, a mi Víctor, a
tantos que me han demostrado recoger granos que han crecido, afianzándome en
mis razones de ser y ver el mundo, en mis convicciones.
¡ Hay quien todavía se busca en momentos de duda y lo peor,
quien no sabe si las tiene !, pobre,
pobre diablo.
Detalles, imágenes que
me resisto a obviar y hago presentes, esperando se puedan compartir y por ello,
mi agradecimiento.
Pedro Gallardo, Ciudadano
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