Pacíficamente nos marcharemos, de
momento
Qué revuelo, que pluralidad ante lo protagonizado por los jornaleros del
SAT. Hay quienes magnifican sus diferencias, su cabreo alegando se han saltado
leyes del Estado formal, legal de leyes que no se cumplen o se interpretan de
manera diferente para otros. Las “Turquillas
de Osuna”, yeguada militar la penúltima deseo no la última, pendientes de
arrestos de antiRobins, la ley sobre el
de gesto aireado, sobre quienes se saltan las normas de una norma que asfixia y
nos hace impotentes. No quiero justificar lo hecho en MercaEcija, pero no nos
equivoquemos, pues hay mucho explotador agasajado, llamado a ser indigno de
medidas que afloren sus desmanes y antipatriota concepción de lo que
representamos.
La derechona pone a caldo a sus plumillas y esclavos,
intentando neutralizar a los que están hasta los huevos de tanta demagogia y
enconsertada relación de sin iguales,
les tiemblan los botones de empachos de
convicciones sin justo estrado, pues la Justicia vacaciona o se adapta a
intereses ¿ sin estado?
Y el presunto cabronazo de Golman Sachs, el
promotor de las “supprime escandalosas”,
intocable mientras al marinaledo y aforado lo quieren torquemadizar. Las
distancias se juntan, los perversos se unen, los a combatir se hacen fuertes pues les jode salgan
respondones que rompan los esquemas y esta quietud bochornosa e insoportable.¡ Caña, caña a los
putos que van por la vida de nobles, entregados y decentes!
Este amanecer lo ha abierto a mis ojos con rebeldía, habiendo
dormido en libertad controlada por mis ejércitos de defensa y meridiana
enemistad con tanto suavón instalado en
poltronas de miseria y decrépita visión
de un mundo para cuatro, a pudrirse en sus materiales y falsas actitudes. No he visto eco suficiente en mi “
Yo condeno y ellos se absuelven ” y lo entiendo y me
rebelo, todo llegará, pues las etapas tienen paradas impuestas de las que os liberaré,
cuando tenga poder sobre los falsos agoreros de Levante y otros vientos de
justicia por llegar.
Voy preparándome mentalmente y en escena para la movida del 23 de este agosto
caluroso proponiéndome elevar a la Mesa
de lo Social, contenido cívico, pues la democracia que nos encarcela prima el
recorte de derechos y libertades sin genuina libertad. Ello lo será en su
punto, en su momento, aspirando mientras tanto a opinar de lo que siento, de lo
que me cuesta visualizar y hacer entender y coprotagonizar.
Y es que estamos viviendo o malviviendo una guerra, la más
grande expresión de lucha de clases desde que dijeron tenía uso de una razón
que me subleva por semillas que crecieron desde entonces. Es que esto no es una crisis, es una
estafa. Es que hay que seguir aspirando
a acabar con las tecnocracias, con raquíticas
democracias de nombre, vacías de contenido y arregimentadas para castas, oligarcas y estrechos de corazón, insolidarios y amantes
del becerro del oro indecoroso, del arrinconar al que sufre, padece, no
sabiendo cual es su camino sin final y libre proyectar.
Yo no me apunto a la censura fácil del silencio y falta de
compromiso. Me sumo a los descabalgados
de un caballo sin dueño, a un caminar de paso seguro y propio, a mi libre
devenir y costas que asumo, no renunciando a tanto artilugio y obstáculos que
anulan otras visiones de lo mismo,
dependiendo de lo que sientas y veas, de tus débitos y renuncias, orondando a
los demás.
De momento una pausa estratégica o táctica, en el
camino. Crece el movimiento de repulsa a
lo antisocial y no hay vuelta atrás. Uno
sigue alimentando inquietudes, allanando veredas y viendo colores nada
grisáceos en un arco iris de esperanza, en una cercanía próxima que vaya calmando
anhelos de conquista e insumisión ante quienes ven lo fácil, en llamarme al obstracismo, pues yo no tengo más que dar
salvándose los míos, nada impíos, colegas de la insumisión y ruptura de cadenas
por llegar.
Y un deseo, ver esa
mañana de añadido, esa luz que ilumina a
tanto necesitado de anular llantos. Mi sed buenos o al menos, intentarlo.
Pedro Gallardo, Ciudadanio
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