Llego y pregunto,¿ quiénes se han ido?,¿ es cierto que
Liberto ya no me seguirá contando vivencias del exilio y de su anarquía sin
fronteras?. Es cierto, y se fueron Efrén, Campillo, Fajardo, Troya, conocidos,
amigos, sus presencias en forma de recuerdos, imágenes que se contraponen,
escenas del pasado, de tanto compartido. Y la vida para otros sigue, continua,
sintiéndome gratificado en parte al haberme podido despedir del tío abuelo
centenario y marsellés, “ el Marcel
clandestino ”.
Tiempo, tiempos también para cautivos y consuelo, la Soledad
y el Carpintero, cofrades de estreno y pasos a consumar. Para unos reflexión,
fe, búsquedas y otros balanceando su
momento, reclamando su natural mater paritoria a las que les fueron
sustraídos sus bebes, pues los intereses y el silencio de “ Sores y eclesiásticos corruptos “, hizo
lo suyo, demandándose el pago de tan indecentes vividores, que encuentran
defensores de sus latrocinios e
inmundicias,¡ qué país señores, qué podredumbre y amoralidad!
Cómo he extrañado en estos días vacacionales a mi amigo
ordenador. Me he sentido incómodo, irrealizado ,frustrado por momentos, echando de menos mis saludos, ese romper
cadenas y encontrar la sintonía con amigos nada virtuales, seres con nombre,
conciencias. Es el precio del desconectar que también tiene otras aristas ,
otros valores , siendo un momento especial el de recuperar esa “ Hispano-Olivetti ” de la transición,
teclearla después de tantos años de olvido, recuperando imágenes de una Santa
Coloma de juventud y madurez que me ha
marcado y a la que llevo muy dentro. Andanzas, desventuras, paisajes layetanos,
añoranza de la Rusadir de cuna y amoríos, Sur con fondo y calma, respuestas y
silencios.
Ahora toca volver a mi nueva realidad querida y por
compromiso personal en el retorno. Ahora toca reconocer y pedir excusas a
amigos que me esperaban, amigos que no se han ido, Jorge, Carles, Armand, Casals, Ángel Álvarez, Joana, María, Montse y que no se me enfaden tantos como tengo muy
dentro. Las circunstancias, imprevistos mandan y te obligan a cambiar planes,
pero queda la ilusión de un verano cercano donde retomaremos esos compromisos y
necesarios encuentros.
Toca volver al día a día, a satisfacer inquietudes y
proyectos, calentar las aulas, seguir caminando, ese privilegio. Seguiremos
contrapunteando y llamando al “sed
buenos” y al “salud para todos”,
mi reencuentro esperado.
Pedro Gallardo, Ciudadano
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