RETAZOS ROJOSY
NEGROS EN UN FONDO AZUL
“ Y a mis pies el embriagador verde de la
pisoteada esperanza, buscando darle color a la dignidad”
Esta tarde noche me he
dicho; esto me lo escribo para mí y hecho sin necesidad de bendecir, terrenal y
compañero de mis sueños. Ahora me dimensiono en lo celta y en sus divinidades
gozando del encuentro con músicas de cerca y de siempre, aparcadas más nunca en
el olvido.
Recuerdo la primera vez que me hablaron de Dios y la rehostia
por preguntar a mis cinco años por su nombre. Cuando me versaban sobre su justicia y bondad, creo
despertó en mí su alejamiento por llamarle y para otros sin asistencia ni
existencia. Materialicé mis sentimientos puede que demasiado niño adolescente,
entre otras por lo que clamaba y sin entenderlo, adolecían los amigos y
conocidos que tanto rezaban y poco conseguían. Claro, en todas partes pero en
ninguna, en ninguna pero en todas por razón de fe, la fe que no movía ni
conmovía mis entrañas y montañas a alcanzar.
Y no creas Chesterton,
no compartir la deidad me apuntase a creer en cualquier cosa, pues la oficialidad marcaba,
la escuela y el régimen, enriqueciendo mi mundo interior de viajes imaginados,
incluso uno al cielo de los justos, no llegando por el freno de una
racionalidad que me hacia enarbolar la señera de la incredulidad meditada, en
mi contexto y estrecheces
.
Que el poder corrompe y aleja, sesga proyectos y anula o
dociliza voluntades, lo experimenté desde bien chico. Comencé a aborrecer las jerarquías impuestas,
las normas por cojones, la teórica
libertad e igualdad condicionada por otros avatares y foros sociales y fueros
forzados que me sonaban a mentirijilla y a superar. Crecía, avanzaba, hacía
camino, leía a Machado y a Lorca escondido en la trastienda, me iba
enrojeciendo y...me molaba.
No he dejado de soñar y lo sigo haciendo prometiéndome
despertar a los que no nos dejan dormir
y mal soñar, sueños al fin y al cabo. Hace décadas que comprendí que el Sistema
iba contra nosotros, contra el pueblo ahogando sus metas y llegadas. He aborrecido
los que adoran al becerro de oro de Don Dinero, a los que acumulan
capitales y plusvalías indecentes sobre
sudores y opresión, arrancándoles derechos con sangre y presión, bienestar
conquistado, hoy arrebatado.
Me alineé con las izquierdas alejándome de lo plano y
descomprometido con ideales y valores emergentes. Dudas, claro, ¿ y quién no ?
pero sabiendo con lúcida mirada quienes estaban en el otros frentes, de
opacidad y privilegios, de ataduras felizmente desatadas, mis referentes que
marcan. Juré combatir las nuevas
esclavitudes, la economía que nos manda viéndonos solo como producto y energía.
Pacifista, no violento pero sin poner la otra mejilla.
Dialogante, tolerante, no imponiendo y argumentando, aparcando diferencias sin
renunciar a la utopía de un mundo emancipado, el vitalizante y sugestivo techo
a alcanzar, abrazando las estrellas que confiaban y se nos aproximaban. Otro
sueño, y que llegue no habiendo nada
escrito, dueños de nuestro destino y dimensión.
Esta democracia no me gusta, languidece y requiere de
compromiso, razones que nos avalan aminorando y acortando sus temporales
victorias, vislumbrando la fecha de caducidad, siendo solo cuestión de
blanquear negritud y grises, pisando el verde, luchando por la dignidad y sus
colores.
¡ Qué es la vida o el superar dificultades sino buscas los
colores de ilusión y de esperanza ! Y arriba , la cúpula azul e inmensurable...
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO
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