La crisis de cerca
Carlos es uno de
tantos Carlos . Lleva cinco años buscando curro y a sus veinticinco vive su
depre, refugiado en el alcohol insolidario y dañino de quienes sin acabar de
entenderlo se lo auspiciamos. Cuando abre la puerta de su intimidad, reconoces no le haces ningún
favor y ante su súplica casi de teatro
de autores anglos de mercaderes venecianos ,me sabe a hierba, hierba
liberadora de injusticias y roles impuestos, fenecidos, nada campechanos. Aspira
a salir no sabe cómo ni cuándo, pero espera…mientras el cuerpo y la mente
tocada aguante.
Shak es un ilegal
ecuatoriano, sídico y en tratamiento a cortar y, aspira a morir en su
Quito de infantiles recuerdos pues las fronteras existen y aspira como el
viento a regresar para buscar su calma.
Ángela de setenta y siete años vive o malvive de una pensión
de viudedad que no le asegura sus deseos de no ser obligada anoréxica por
inanición. De vez en cuando pide y se
avergüenza de hacerlo y a pesar de todo cada día da gracias a un dios que desconozco,
por ofrecerle ver amaneceres y esperar una despedida con dignidad.
Lluís era comerciante, autónomo librero, hoy devorador de sus
historias, viviendo de un fondo de libros que se agota y un paro que se alarga
desilusionado, A sus cincuenta y cinco años aspira a “que salgamos de esta movida ” y a rehacer sus sueños lo que le
alabo y no dejo de reconocer. Me acaba de regalar una Enciclopedia Álvarez de
segundo grado de mis tiempos infantiles en Ataque seco, colegio sin igual,¡ mis
añorados inicios de los sesenta !.
Lina vende su cuerpo
no por vicio sino por necesidad compatible con su limpieza de escaleras de
comunidad. Es viuda y quiere no se le llame puta con desprecio, admirando a la
Magdalena de Jesús y apreciando a todo
aquél que la vea como humana. Yo así lo expreso y reconozco y mis deseos de
superar lacras y circunstancias de esta vida no tan nuestra.
Marc es auxiliar de farmacia circunstancial, Licenciado en
Química en propiedad- Se le acaba el contrato temporal con visos chungos de
renovar. Tiene cada vez más claro emigrar como sus bisabuelos al dorado o
a lugares donde realizarse a ser posible
más allá de la existencia.
Mi séptima magnífica
es Ariadna, una señora maestra jubilada de 74 años, aparcada por sus cuatro
hijos y doce nietos en una residencia de 1.600 euracos al mes. Ella está
resignadamente convencida de que molesta
y llora en silencio su final aspirando a no despedirse de este mundo, sola,
habiendo dado tanto. Me despido de ella con un abrazo filial sin serlo y deseo
verla el año próximo, lo deseo y así me
lo fijo.
Que razón de la Maynard Keynes cuando calificaba la
permanencia de la irracionalidad en los mercados que acababa con nuestras
caducas solvencias. Ellos se pudren en privilegios construidos sobre nuestras
necesidades, no entienden del cortoplacismo en un día a día que se convierte en
drama, tragedia o epopeya para proyectos truncados, para aislarse de que se
llegue a anciano con necesidades inmerecidas. Las leyes, ya lo poetizó Goethe,
son poderosas pero más lo son las situaciones de injusticia, aunque esos
poderes se evadan ante gobiernos que miran para otras direcciones.
Estos personajes no son de cuento sin final. Estas realidades
las tenemos al lado, en nuestras propias
familias y amistades. Bienaventurados los necesitados pues ellos serán
resarcidos dicen mis hados y yo me
pregunto,¿ y mientras tanto ?, viéndome impotente y necesitado de estos
testimonios que me rebelan y aspiro a compartir, aunque solo sea por minutos,
solo por minutos…
Pedro Gallardo,
Ciudadano
La crisis económica y social que vivimos tiene rostros humanos y no sólo cifras macroeconómicas.¡Bravo por recordarlo !
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