RAMALAZOS, ACERCARME A
LA INMENSURABLE POESÍA
¿ Tipismo,
oficialismo, modeé ? ¿ Toca o no toca ?, y es que no lo sé pero arriesgo en
nombre de la libertad que busca su llegar...
Sobre el
tiempo, sobre el tiempo amigo:
Tiempo que a veces me
acompañas, tiempo. Instantes que evaden recomellos e insaciable rebeldía. Tiempo avanzado,
tiempo de espera, tiempo al unísono largo concedas, pues es tanto lo que queda
por hacer que a veces me pareces traicionero y en la espera te mofas de que te iré
siguiendo, constante, en ida y vuelta de recuerdos que me alteran mis
sinsentidos del alma, de un alma que sigue en veda. Tiempo, tiempo en la
lontananza, tiempo frío o templado que me acompaña en el caminar y que con su
aliento me sabe a fiel y me encela.
Ha sido un momento,
una secuencia contigo de testigo y en
este caso he sentido tu sonrisa , una parada en la inesperada vereda. Tiempo de
luz y agonía, ¿ cuándo piensas descansar ? , que yo te seguiré amando por tu
fiel compañía, anhelando siglos en suma
reincidente de noches y días.
Sobre miradas, sobre
una en especial...
La mirada
Hoy me he enamorado
por instantes de una mirada. Me ha dicho tanto, sigue, lucha, quiéreme, no
sufras...
Hoy un alma infantil me ha hecho sentirme padre, madre,
príncipe de realidades, maestro, dibujar senderos de libertad en nubes de luminosa claridad.
Hoy ha sido un
instante, el recuerdo y la dicha de
saber que mañana, será otro día donde nos volveremos a mirar.
Sobre necesidades, aspiraciones, deseos que no
necedades...
No, no necesito alas para volar hermano pájaro, sí un trocito
de suelo techado donde cobijarme y
compartir tus nidos. No necesito ni oro, ni incienso ni mirra, pues el
Jesús que me rebela lo sigue demandando. Sí una sonrisa a tiempo, un abrazo que
descongele mi aliento y desesperanza. No necesito llorar y me resisto por
momentos pues la fontana me fluye sin control en mi interior...
un despertar sereno, un resplandor , un amanecer dorado donde
exteriorizar mis tormentos, mi falta de inicuidad.
No, no necesito morir pues liberando desfallezco, acercándome
en conciencia a un final de largo recorrido en el llegar o trascender que hoy
no comprendo.
Y para ello,, dejar
testimonios por vivencias, necesitando compartir tanto que...
el no necesitar es pura negación de lo urgente, cierto e
intenso, que no da igual, amigo tiempo.
Y el morillo de ojos
azules realeño y graduado en parvulario me transmite con sus moquillos e
insidia casi penetrante, un pensamiento, una necesidad nada verniana...
Hambre, si hambre, oliendo a pan recién cocido sin ser un
sueño.
_ Mamá, tengo hambre
_Bebe un poquito de agua fresquita, mi niño
_ Mamá, ¡ no tengo sed !
_duérmete un poquito , chiquito, que mañana seguiré buscando
comida para ti, mi cielo.
Y es que esto es
indigno pero real siendo en este tiempo
mucho más que un titular de ramalazo, soy testigo.
Son añoranzas en este octubre otoñal. Son necesidades que
impresas me saben a libre y edificante expresar, quizás no con espacio en
opiniones del día a día, pues son tan
atemporales y amplias que merecen un lugar y por ello apuesto, con mi bravo o
archivar.
Mañana según la luz me motive, he prometido a Oscar, a Oscar
Wilde próximo a sus 160 años de nacimiento, transportar a mi Melilla, sus
contradicciones, pensamientos a sabiendas de que no es lo propio, pues la
cotidianidad nos invade y sumerge en dimensiones de olvido y asentimental
transcurrir en derroteros que
olvidan enlaces y continuas huidas del “estar
por lo que fueron y seremos por lo que
somos”.
Gracias Wilde, yo al menos lo he anunciado sin orquesta, con
modestia llamando a la sensibilidad de mis receptores, mis no censores que
alimentan creer en mi alma puede que no tan perdida. Los años , la experiencia
no se en qué grado, pero vida vivida al fin y al cabo.
PD: este atrevimiento en peculiar y pericassiano texto
poético a trazos que configuran ramalazos de mi ser, es tal debido a petición
de amigos que me quieren bien. Para ellos, que menos que mi abrazo y para
otros, mi respeto, de este mortal que expresa sin buscar asiento. Me basta, mi
nombre...siendo tanto, amigo.
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO
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