POEMICA CALABACERO
PODROMERO 2.013
Esto no es un poema ni poemica, puede
que un texto poético, con exceso de verdad y sentimientos. Nace y huele a
libertad, a espontánea circunstancia donde
mirarnos de frente, sentirnos cuerpo con mente, amar a idos y presentes,
soñar con vernos mañana, o luego o seguro que otras veces, el privilegio de dar
cuenta , de vivir sabiendo lo que somos y de donde venimos, eso sí, para llegar
lejos con paradas y encuentro hacia la eternidad.
Otoño de fenecidos y
retoños,
tiempo de recogimiento y expresión de melancolía.
El sentir podromero emerge y une distancias,
La calabaza, esa señora cuando toca, emana y dispara imaginación enarbolando
banderas de creatividad y éxtasis con causas.
Los amigos podromeros se alían con la originalidad,
hacen renacer a Zipi y a su inseparable Zape ( aquí presentes
), con sus inimitables y admirados Epi y Blas.
Las calabazas vampiros, el murciélago calabazón enlutado, las
brujitas verdes, la de regulares, la del Tercio, desfilando, ¡ qué emociones!
Otoño que da pasos a momentos de reencuentro donde el Jalobien podromerista irradia abrazos por ilusiones compartidas, haciendo que las calabazas
en escena y escenarios, neutralicen por instantes, seres queridos en Noche
próxima de difuntos, penas, recuerdos que se hacen presentes, pasados que toman
forma liberando sentimientos y pasiones,
reforzando la amistad, el valor que nos encadena, que nos llena y enternece por compartir lo que venga y que
sea tanto como mucho, con salud y en ansiada para otros, EQUIDAD, con la paz como condimento y una pizquita de sal,
sal marina añorante de los bloques, podromero o podromense, tanto da.
Y que esto sirva amigos, para que crezca la peña, que nuestra
Historia es la nuestra, que nos sentimos amigos, familia que se proyecta con
identidad que nos marca, podromenses de pura esencia con auténtica valía, con
cabeza y de derecho, con ejemplo y con orgullo nada altivo, sencillez.
A los calabaceros con
alma, a los sueños que nos despiertan en realidades, a los presentes, a los
próximos distantes que nos siguen, a los
idos tan queridos, a los pequeñines y medianos, a aquellos que saben
sentir el valor inestimable del compartir presente y próximas paradas hacia el
destino, otro nuevo encuentro.
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO