QUERIDO BARRIO DEL
HIPÓDROMO, TESTIGO EL TIEMPO
“ ¡ Ay qué grande es el
mundo a la luz de las lámparas y qué pequeño es a los ojos del recuerdo (
Charles Baudelaire) ”
Este próximo 6 de junio cumplirá un año. Un año ya, el primer aniversario del “Grupo amigos del barrio del Hipódromo”,
sintiéndome orgulloso de poder felicitaros y mi deseo de que continuéis cultivando ese tesoro
llamado amistad, que sigáis demostrando el valor del arraigo, la memoria
viajera en busca de los recuerdos, el compartir este presente entrelazando
generaciones, vuestro ejemplar trabajo que expreso con dicha y con el deseo de
que sea traspolable la experiencia
realidad a otras barriadas de nuestra querida Melilla,¡ vale la pena amigos!.
Las criticadas redes sociales, discutidas, apoyadas, la
libertad y el acercar las distancias, a veces muestran experiencias ante lo que
solo queda descubrirse. Hace un año, mi apreciado amigo Juan Bartomeu me
comunicaba su deseo e interés conjunto con Alonso Díaz en crear el “ Grupo en facebook ” y hoy son casi trescientos “podromeros” los que conforman esta plataforma de
encuentro y reencuentros, disfrutando
día a día del compartir el afecto, los recuerdos y el amor por el barrio.
Una centuria y una década sobrepasada tiene el barrio. Lejos,
queda ese inicio del pasado siglo en el
que Melilla se expansionaba poblacionalmente así como los campamentos que
nuestro ejército precisaba. Queriendo huir del nominalismo, convencido de que la historia social la
protagonizan las personas siendo importantes todas, no puedo obviar y así
recuerdo la figura de Don Joaquín Sánchez Pagán, llegado de tierras murcianas
allá por 1.910,propietario de la imprenta Progreso, hombre polifacético
,periodista, fundador del Club Melilla, gran convencido del valor del asociacionismo,
impulsor de la primera procesión a la Virgen marinera y enamorado y profundamente vinculado a nuestra tierra en
mil ejemplos.
El Hipódromo a lo largo de su historia concentra un sinfín de imágenes y momentos
donde la presencia militar, el regimiento de Caballería Alcántara, el mar y sus
vientos marineros, el tren y las explotaciones mineras son identidad y orgullo
de sus gentes, generaciones ya
dimensionadas y memoria viva irrenunciable y a proteger.
Hablar con Bartomeu del barrio es ver en sus ojos imágenes
infantiles de los sesenta, hechos, ferias, procesiones, amigos, personajes,
familias de la gran familia, bloques, salitre y calcopirita. Es hablar de las primeras coas, del puente de
hierro que les unía con el hermano barrio Real, de las trifulcas y amistades
con “Korea”, del copo, la tralla y
los paínos, de las sobras del cuartel que iban al mare Nostrum dándole el buen
rancho al pescao, del patriarca de los Tello y genial potero, de Manolo el de la barca humano como el que más.
Esos bloques, esas piedras bautizadas sin religio, cocodrilo,
la ataúd, la plana o ahogá. Los mejillones a la lumbre en fuego purificador
y en
una chapa no sometidos a caducidad. Los percebes patas de cabra que
lanzados protagonizaban mil y una batallas. La chiquillada era “ el todos para uno ” siendo la diferencia
la antesala del abrazo y una amistad que perduran hasta quienes tienen la
fortuna del compartirlo y contarlo hoy.
Las escuelas, los maestros Eduardo, Ramón, Juan, Enrique con
sus dones, la señorita Elvira con sus párvulos cagones, Enriqueta,la Srta Cati, Paco el hermano de Gasparín, inolvidables , su entrega y sacrificio.
Los genios para ellos a seguir en el mundo de la pesca,
Paquirri y su boina calada, Bolaños. Pepe “ Palillos ”, las ferias y verbenas, Juanito el “ Sheriff ”, Águila
roja que los acojonaba con su capa.
El Casino , Úbeda,
Ginés Díaz, la funeraria la Siempreviva, Pepe Luis Roldán, Esteban “ el lechero ”, los diteros, y el
reconocimiento a todos los que no se citan por espacio o por olvido
involuntario. ¡ Que deciros de nuestros barberos, Ibarre y Bonifacio, Nicolás y Naranjo, responsables de nuestros luks de la época y testigos de nuestras atrevidas, ingenuas y sanas travesuras de infancia y juventud !
El recuerdo es el
único paraíso del cual no podemos ser expulsados pero si que es imposible
concentrarlos en un instante, pues más de un siglo, ¡ dan para tanto ! La
memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, decía
el genial García Márquez, pero gracias a ese maravilloso artificio podemos
sobrellevar y sentirnos orgullosos de nuestro pasado.
Juan me recuerda establecimientos clásicos, cercanos,
afables. La tienda de Berta, las de ultramarinos de Juana o Clarita, Vitoria y Jacinto ( La misma ) La Bolsa,
Dionisio, María Pareja, Benaisa ,
Hamido. Los bares, Esteban,
Delicias, Palmeras, Eladio, Tropezón, Lara, Castilla, Virgen del Carmen, Asturias , Los
Cántaros ( antiguo Bar Pedro), Bigote, sin olvidar los dudosos que
tanto atraían a los adolescentes, Los Colores, Missouri, Bar 43, Los Madriles...
Me ha insistido mucho en situar el carnaval en tiempos
no fáciles y la inmensurable labor de
Maruja Gilabert vivificando la libertad para gozarlo. Me ha insistido en que no
olvidara la referencia a que el mar, el amigo mar protagonizó la pérdida en
línea de calle por entonces emblemática, la desaparecida Capitán de fragata
Castaños.
También había curro,
pequeñas empresas familiares inolvidables, Talleres Alarcón, Destilerías Romero
con entre otros un vermuth que quitaba er sentío, las Droguería Mario, los
almacenes-bodega “ La bolsa ”, la
carpintería Nieto... diciéndole Juan, stop con forzada por su parte
incomprensión pues es tanto lo que siente y expresa que, da para cien libros o
más.
Y es que un momento puede durar un segundo no siendo en este
caso, pero lo que si tenemos claro y damos fe, querido “anónimo”, es que su recuerdo puede durar para siempre,, en esta
memoria diario que todos llevamos con
nosotros
.
A seguir cultivando y mostrando vuestra sencillez y humildad,
a seguir encadenados proyectando vuestro futuro, situando y realzando a
nuestros antecesores y contextos vividos que
expresan en mucho el cómo somos.
Que la vida es caminar, que falta y lo deseo mucho por escribir,
queridos podromeros. Querido barrio,
testigo del tiempo, larga vida, mi afecto.
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO
PD: gracias, gracias a Juan Bartomeu por su corazón y amor al barrio y sus personas que he intentado transmitir en palabras. Mi abrazo, hermanos podromeros.
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