miércoles, 28 de septiembre de 2011

Inicio del otoño

Observo los viñedos rojos de Vincent, de Vincent Van Gogh.  Me embeleso con “El Otoño” de Arcimboldo, de nombre Giuseppe, viéndolo por segundos hasta travieso conocido. Me despido tras unos minutos de paz interior acentuada contemplando el “Campo de maíz ”. Y se y me dirán o pensarán, ¡ qué le pasa al gruñón de Gallardo!, ¿es que la ha dado por lo pictórico de John Constable ?, ¿es que es uno de sus días no graciables? y no hay respuesta de momento pues hay momentos en los que uno busca la respuesta, encontrándola en la desconocida y ansiada llegada  por llegar.
Estoy buscando inspiración con fondo de Vivaldi en su estación otoñal  y con la “ Música otoñal 7 ” que recomiendo, relajación y expresión de sentimientos, en noche cerrada, casi mesiánica y de hap trick, mejor triplete televisado.
Leo y releo a Pablo, a Neruda y  recito como mío intentando apoderarme de su paz... “ hojas secas de otoño, giraban en tu alma”. Le mando un abrazo  y otro de su compatriota Nelson, Nelson Poblete, mi amigo cantautor, con promesa de acompañarnos en Melilla en certamen le auguro por ganar y mi amén por complacencia.
Recuerdo versos , versos de Federico y busco su “ Canción otoñal ”
“Y si la muerte es la muerte, ¿qué será de los poetas y de las cosas dormidas que ya nadie las recuerda ?”, y le contradigo afablemente en
diálogo forzado, él que no quiso marcharse de aquella vil manera, pues su lectura me sirve de  aproximarme a ellos, de reflotarlos, viendo lo que el tiempo  pasajero e implacable no podrá marchitar, pues no lo ha hecho ni  jactancia en ello habrá y mi indómito lamento para ello por bandera.
Y es que este es mi otoño 58 de mi vida caminante, es un otoño donde el amigo árbol me dice que me adormezco y entristezco a ratos más de la cuenta y antes no ocurría. Un otoño deseo de realidades transformables y de hojas que adornarán  la tierra, por más que fenecidas en versos en que  creer y sentir como  esencia de libertad,  para necesitados y oprimidos.
Y es que el Otoño huele a manso, llama a detenerte unos instantes y a inclinarte ante sus aguas para beber del cielo en suave fuga de árboles y abismos, como escribió Quasimodo, Salvatore, mi admirado y hermético siciliano.
Es el Otoño andante de George Sand, melancólico, preparando el solemne adagio del invierno por llegar, del invierno al que cederle el testigo del ciclo estacional.
Y Tagore, Rabindranath, compara a la vida bella como a las flores de Primavera, deseando la belleza para la muerte  como lo son, si lo queremos ver así, las hojas de nuestros otoños acumulados, en este privilegio de verlo, respirarlo y siendo protagonistas de tu tiempo.
Me perdí un Otoño, que al igual me lo dan añadido según me porte .Y Yasuo Kuwahara me reclama, reclama su turno, consintiéndolo “ il prete rosso veneciano” y veo caer la primera hojarasca, mañana enmohecida, inconscientes de su decrepitud, generosas ellas por lo dado y por dar. Signos de la vida, solo signos con retazos.
Nuestros muertos  nos reclamarán su recuerdo, seremos testigos y actores del 11-11-11 de la primera centuria del tercer milenio, la luna más grande y brillante del año competirá con los millonarios farolillos en Cipango y  en sus expandidos y universales asentamientos, se celebrará el primer corte de la  miel en la valenciana Ayora, esperaremos  ilusionados el puente del Pilar, habrá caducado el temporal contrato  con el solsticio de estío por pasado, Deméter seguirá en la Historia de los mitos, como dolorosa madre reclamando  a Perséfone en maternal fobiafilia...y el Ros Hashanah con sus clamorosas trompetas en su nuevo año, mientras yo sigo buscando respuestas sintiéndolas más cercanas y no a desvelar, cuestión de tempo.
Y del 20N, ¿ qué Gallardo ?, y me evado pues no me suena a poesía, no en guión ni en agenda ni enmarcado aplazando interrogantes que no preveía y el no vale todo compañeros, cuestión de sensibilidades y  de ritmos que hoy por hoy, domino yo en despedida.

¡Tiempos de Otoño, tiempos ..

PEDRO GALLARDO, CIUDADANO

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