REÍR Y LLORAR, LLORAR O REÍR
Ya nos dijo Pier Paolo Passolini acerca del peligroso
contagio de la burguesía de enfrente. Ya me dijo el doctorcito que reír y
llorar pueden ser respuestas al agotamiento y acúmulo de reveses, optando este
por la acción unísona cómplice de mis estados.
Y aparece el musicado “depende,
todo depende” según que. Que se han cargado el estado de medioestar, pues
igual lloro o río de impotencia. Que el TIEMPO sin TI es “EMPO” pues vuelvo a ponerle el pronominal en su inicio. Que no se
nada del diputado “Barquitos” y de sus adelantos peperofléxicos, pues a joderse toca esperando otra, con
humilde gracejo y humana comprensión de sus contextos plenarios de santo
aburrimiento. Que leo “ Bebe a bordo”, pues a
pedirle aznariana moderación sin ofensa a sus ritmos y ansia de caldos.
Que hay tantos principios con QUE, que mejor no agotarlos.
Que me estoy releyendo el diccionario de Coll a sugerencia de
mi amigo y hermano Juan Bartomeu, pues disfrutando a tope de un genio de los
vocablos bajo la atenta mirada de Tip que se descojona. Que algunos que
asesoran no acababan de creerse que el alcohol hace daño, me sitúo en el
presente, recordando al ínclito Fernández Espona por su olvidada lectura y
humana debilidad, no pidiendo más que atestado y trasparencia como a todo
mortal y no río ni lloro en mi cursiva ironía que relaja mis legañas.
Cierto es el devenir caminante te sitúa en mil paraderos de
necesaria risa y lloro, siendo el optimista por naturaleza quien se apunta a
conservar el rico lagrimeo. Y hasta lo dijo Leonardo, ¡siiiiiiii, el de Vinci!,
que si existe posibilidad se haga reír hasta a los fenecidos, entiendo a los
muertos vivientes o a los zombies de la vida.
Y es que a veces quiero llorar, como Federico, porque nos da
la gana. Es que a veces hasta perdiendo se gana aunque te resulte ilógico desde
el no haberte sentido embarrado. Es que me han dicho millones de veces que no
exagera acabando por hacer solo un millón de veces caso. Es que lo absurdo para
ti es vital para otros, el cuadrado en el círculo o el círculo que busca su
salida y libertad.
Por todo ello y más, cada vez más convencido del valor del
disparate y su sabiduría, querido Wilde. Por eso rompo moldes a conciencia, me
salgo del guión por ser tan caluroso en este agosto de cohone, pasando de lo
oficial tan chungui y repetitivo, buscando
contrapuntearme si cabe, vacilándome con mis neuronas prejubilosas, y
amin.
Y es que Dios, colegui Voltaire me hace poca gracia en su rol
de comediante ante una realidad que nos lleva al miedo e ignorancia, pasando
con su espiritualidad de puntillas y tapándose la nariz ante tanta sangre
derramada y conflictos de la irracionalidad, en este mundo dominado y que no
nos dejan escribir en libertad.
En cierre y despedida, no quisiere olvidar y así lo expreso,
mi apoyo incondicional y admiración al periodista freelance Blasco de
Avellaneda en su injusto calvario y su labor entorpecida. A otro multifuncional
de nada dudosa compatibilidad, Presidente e informante, mis tres KKK de
rechazo, y para Reyes, corazón y ética para su patetismo ( y es que él, lo sabe
recordándole su temporalidad). Al
semanario “ La luz ”, que hoy por
primera vez he leído, mis deseos de
amplia luminosidad, superando los fogonazos de feria, el reír y llorar, llorar
o reír superando desamores. Salud, amigos que al igual son algo más de tres
días.
PEDRO GALLARDO, CIUDADANO
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